A poco de comenzar el partido entre Argentina y Chile, el corazón de los argentinos se detuvo por unos instantes. A los 23 se encendieron las alarmas porque Lionel Messi sintió una molestia en su aductor derecho que minutos antes lo tenía a maltraer.

Lo masajearon, y siguió. Una jugada después tiró un pique con esfuerzo y volvió a mostrar dolor y caminar. El propio capitán de la selección contó luego que aquella sensación hizo que le costara moverse con soltura durante el partido. 

Cuando terminaron los primeros 45 minutos, el capitán fue el primero en abandonar el campo. Salió caminando sin dificultades y emprendió un breve trote antes de meterse en el vestuario. El rosarino se asomó entre los titulares para la segunda parte. Para desterrar cualquier preocupación, a los pocos minutos encaró en velocidad por el medio y habilitó a Molina.

"Qué se yo. Me molesta un poco, pero pude terminar jugando. Espero que no sea nada grave. Fue en el pique de la primera jugada. No sentí un pinchazo, se me puso duro. Me costó moverme con soltura por la molestia. Mañana veré cómo seguimos", admitió Messi en zona mixta tras el partido.

"Hace un par de días que vengo con dolor de garganta, con fiebre, quizás eso me pasó factura hoy también", explicó Leo y agregó sobre la molestia: "No es algo viejo ni algo que traía, simplemente una contractura. Veremos".

Faltan sólo tres días para el cierre de la fase de grupos contra la necesitada Perú en su Miami adoptiva. A esta altura es muy probable que el 10 sea preservado, ya que la Albiceleste se aseguró la clasificación y con un punto ganará la zona, independiemiente de lo que pase entre Canadá y Chile.

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