"No somos robots, cuesta mucho sobrellevar lo que pasa"
Esta semana falleció una mujer embarazada de 27 años, con Covid y sin comorbilidades. La doctora Mariela Fernández relató cómo es trabajar con ocupación plena en los hospitales en la pandemia y una realidad afuera que parece ajena a ese drama.
La doctora Mariela Fernández es la subdirectora del Eva Perón. Tiene un estetoscopio colgado en su cuello y una parte de su cara está tapada por un barbijo N95. Sin embargo, parada frente a la puerta del tradicional Hospital de Granadero Baigorria, se le puede adivinar el cansancio.
El jueves pasado, aquí mismo, murió por Covid una joven de 27 años, que había ingresado el 5 de mayo. Cursaba un embarazo de seis semanas y no tenía comorbilidades. La noticia impactó fuera del hospital y también aquí adentro. Pero el personal sanitario que la atendió no tiene tiempo para reponerse, porque la demanda de atención sigue y todas las camas de la terapia intensiva están ocupadas. Y en cada una de ellas, hay una persona que se juega una batalla minuto a minuto para seguir respirando, para vencer a un virus que en esta segunda ola ha ganado en agresividad con los cuerpos más jóvenes, que hace un año se consideraban exentos de ser "población de riesgo".
"Vivimos día a día con la muerte y hace más de un año que estamos trabajando así. Pero no somos robots, nos cuesta mucho sobrellevar lo que pasa y todas estas pérdidas. Historias como la de esta paciente nos traspasan, nos sensibilizan todavía más. Ingresó hace una semana, derivada del Sáenz Peña, en la zona sur de Rosario. Y ayer después del mediodía ya había muerto. En el medio, detectamos al hacerle unos análisis que estaba embarazada, ella no lo sabía al momento de venir, porque cursaba una gestación de pocas semanas", señaló la doctora Fernández al móvil de la Sí98.9.
En el amplio parque que tiene el Hospital Eva Perón, desde el año pasado funciona una ampliación que financió Nación, denominada Pabellón Modular y construida especialmente para la atención Covid. Tiene 24 camas con respirador, que hoy están todas ocupadas. El sector UTI del edificio tradicional, el que estaba antes de la pandemia, también está lleno. Y lo mismo pasa en el resto de los efectores públicos de todo Rosario. "Si algún paciente de sala general se complica, se sostiene el caso como se pueda. Tenemos que cargarlo al sistema y ver a qué ciudad se lo puede derivar y esperar que la salud de esa persona soporte el traslado. Mientras llega la ambulancia, tenemos que atender la emergencia con el respirador que tenemos en la guardia. Es minuto a minuto", relata la doctora.
La ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano, viene relatando hace varias semanas el fenómeno de que las nuevas cepas son más virulentas con las personas jóvenes, que en 2020 solían tener síntomas leves. En este sentido, la doctora Fernández explica la realidad que atraviesa el Eva Perón: "El virus evidentemente va mutando y esto nos cambia el escenario. Hoy acá tenemos un promedio de edad en terapia intensiva, que va de los 40 a los 60 años. Hay algunos graves con menos de treinta. Y en muchos casos tenemos a gente que no tenía ninguna enfermedad previa".
Mientras esto pasa, en Rosario muchos esperan con ansiedad saber si los bares vuelven abrir este fin de semana a las 23 horas. "Es como una doble vida la que tenemos. Salimos de acá, traspasados por las emociones y una realidad muy dura. Pero cuando salimos, parece otra película. Nosotros entendemos que la gente tiene que trabajar y que quieran distenderse, claro. Pero lo que yo veo acá, es cómo la gente se muere. Y sabemos que muchos se contagian y lo pueden pasar en su casa, con síntomas leves, pero hay muchísima gente valiosa que estamos perdiendo. En este panorama, no veo que en las próximas semanas la situación vaya a mejorar".