Rosario tiene en su zona oeste un centro de salud llamado Maradona, pero no es un homenaje al Diego, sino al médico rural que nació en Esperanza a fines del siglo XIX y que murió en la ciudad, en 1995. La institución, en la esquina de Cochabamba y Felipe Moré, atiende a las familias más vulnerables del castigado barrio. Hasta allí llegó Rosarioplus.com para charlar con su directora, la médica Carola Bautista, sobre el inicio de la vacunación Covid en los Centros de Salud barriales. “Era necesario esto. Había mucha población que de otro modo se hubiera quedado afuera”, dice.

La semana que pasó fue la de mayor cantidad de aplicaciones del plan de vacunación contra el coronavirus en Santa Fe: se otorgaron más de 210 mil turnos en toda la provincia, para inocular a personas de 18 a 59 años con alguna comorbilidad. El ritmo de trabajo se pudo acelerar gracias al ingreso masivo al país de lotes de Sputnik V y Astra Zeneca. Estas últimas requieren una cadena de frío más simple que la vacuna elaborada en Rusia, ya que se pueden almacenar en freezer comunes. Y por ello, hubo unas veinte mil dosis que pudieron enviarse a red de atención barrial en Rosario, entre ellos al Centro de Salud Dr. Laureano Maradona.

En los primeros cuatro días, se aplicaron 6.500 dosis en la red municipal. La doctora Bautista cuenta cómo se organizaron acá: “Vacunamos a las primeras 136 personas. Y en la próximas semana vamos a seguir, hasta completar el listado que tenemos de historias clínicas”. Enseguida le explica a este medio cómo es el proceso para conseguir que cada vacuna llegue al brazo de un vecino en el barrio: “Cuando nos informan la cantidad de dosis que nos tocan, les avisamos uno por uno a quienes tenemos registrados aquí sus datos. Siempre es gente que se atiende hace tiempo con nosotros. La municipalidad nos envió un listado con 310 pacientes y al cruzar con los Excel que usamos en farmacia, vimos que había nombres que no figuraban. Consultamos al sistema de Santa Fe Vacuna y al ver que tampoco estaban ahí, los fuimos a buscar casa por casa y luego pedimos autorización a la Dirección de Centros de Salud para incorporarlos”. 

Así se vivió la primera semana de vacunación en los Centros de Salud barriales

Este trabajo casi de artesanos en el territorio, se complementa con el intensivo proceso de vacunación que hacen los grandes predios centralizados, como el de la Ex Rural y los Distritos municipales. “La intención es que nadie quede sin vacunarse”, repiten autoridades de Salud de provincia y de la Municipalidad.

Los vecinos de Cerrito y la vía

Además de la inoculación, en los Centros de Salud se actúa en la prevención, atención de casos con síntomas leves y en la detección vía hisopados. Sobre esto último, la doctora Bautista relata una situación que vivieron hace pocos días: “En la red de atención primaria trabajamos con una aplicación en la que cargamos cada positivo COVID y vamos geolocalizando los casos. Hace poco, empezamos a ver que no teníamos a nadie de la zona de Cerrito y la vía, acá cerca en el barrio. Y lo que pensamos fue que no era que la gente no se estaba enfermando ahí, sino que no estaban viniendo a consultar. Entonces, solicitamos hacer un Plan DetectAR. Lo hicimos el lunes 31 de mayo. Fuimos recorriendo la vía, cada pasillo y cada casa. Encontramos muchos sintomáticos e hisopamos a 40 personas, la mitad tenía coronavirus. Eso nos permitió aislamiento temprano y seguramente si no actuábamos a tiempo, hubiera habido quienes se terminaban complicando, además de haberse sumado más contagios”.

La demora en la atención clínica de los casos positivos, muchas veces se explica desde la situación económica. Y aquí en la zona oeste de Rosario, los ejemplos sobran. “Esta enfermedad en los primeros días se la puede estar cursando asintomática o con síntomas leves. A veces, al séptimo día, se complica el cuadro. Nos ha pasado durante el pico de esta segunda ola, de pacientes del barrio que venían directamente a pedir ambulancia para una internación, porque no podían respirar y que no habían venido a consultarnos antes. La mayoría fueron hombres adultos que habían seguido saliendo a la calle, para no perder su trabajo o su changa”, refiere la doctora Bautista.

Termina la charla el equipo sanitario sigue su trabajo. La directora del Maradona se despide, pero antes juega a pensar qué estaría haciendo hoy si estuviera vivo, aquel filántropo y médico rural al que homenajea el Centro de Salud con su nombre: "Creo que estaría haciendo algo parecido a lo que hacemos nosotros, buscando a cada vecino para poder aplicarle una vacuna".