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El rumor que corrió por redes sociales y chats llegó a oídos de los vecinos y comerciantes de la zona: este jueves era el día en el que un grupo de videntes habían vaticinado una explosión en la estación de servicio de la esquina de Tucumán y Corrientes.

Pero del terror que quisieron sembrar sólo cosecharon risas entre los escépticos vecinos. Nadie prestó verdadera atención y siguieron su día como si nada. En el bar de la esquina, entre medialunas y diarios, la única sorpresa era ver el interés periodístico que había despertado la supuesta profecía.

“Por suerte llueve, y si explota se apaga rápido”, bromeó la encargada de un local de cortinas que está en la otra esquina. Ella también se había enterado de terrorífico vaticinio vía redes, pero nunca se lo tomó en serio. En el negocio resolvieron, sabiamente, hacer caso omiso a la advertencia.

El mayor misterio era una librería por calle Tucumán, que tenía un cartel de “jueves cerrado”, sin explicar las causas. Desde aquí alentamos el nuevo rumor que dice que allí se sugestionaron con el rumor, pero les dio vergüenza exponerlo tan abiertamente en la vidriera del local.