Cinco años del Ni Una Menos, según actrices y músicas
A cinco años de la primera movilización del #Niunamenos (NUM), la multitudinaria marcha contra la violencia machista y los femicidios, mujeres artistas reflexionaron sobre el impacto de este grito colectivo en sus cotidianidades y el camino que aún falta recorrer.
Las actrices Laura Azcurra, Thelma Fardin, Mirta Busnelli, Natalie Pérez, Luly Arias y Cristina Banegas, y las músicas Lula Bertoldi, Barbi Recanati, Miriam García y Leticia Lee, contaron a Télam cómo repercutió en ellas el primer NUM y los cambios que asomaron a partir de un hito histórico que pone en jaque las estructuras patriarcales.
La galardonada actriz Cristina Banegas, una de las históricas figuras del movimiento feminista, indicó: “La irrupción de NUM fue un hecho fundamental y los cinco años que pasaron, con tantas acciones y presencias, marcan un punto de inflexión extraordinario en el mundo del feminismo, y no solo en Argentina”.
En la ámbito de la actuación, especialmente, tuvo un eco particular, y en ese sentido, la actriz y cantante Natalie Pérez sintetizó: “Muchas actrices se comprometieron, tomaron liderazgo y visualizaron una problemática que estábamos atravesando en nuestros trabajos. Fundamental, simplemente por cuestiones de igualdad y derechos”.
Para una de las impulsoras del colectivo Actrices Argentinas, la actriz y conductora Laura Azcurra, el 3 de junio de 2015 significó “un primer gran despertar para comprender la problemática y visibilizarla”.
Fueron calles repletas de almas izando la bandera “Si tocan a una tocan a todas” las que, en palabras de Thelma Fardin, plantaron “la semilla para que la tierra estuviera fértil a la hora de dar el debate por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito, y una piedra inaugural para que el espacio de actrices entendiera que necesitaba organizarse”.
Acerca del espontáneo movimiento también habló la actriz trans Luly Arias, activista en un ambiente trans-travesti que padece situaciones de violencia y asesinatos: “NUM -remarcó- me interpeló muchísimo, logramos cambiar la carátula del asesinato de Diana Sacayán a travesticidio, y también surgió el concepto de travesticidio social. Lucho para que esto deje de pasar, aunque en estos seis meses ya hay 30 compañeras víctimas”.
El inmenso entramado transversal y feminista de voluntades continúa batallando contra la lógica patriarcal imperante que naturaliza los asesinatos e intenta desentrañar la estigmatización que se cuela en el tratamiento, por ejemplo, de las noticias, y sobre lo que Azcurra expresó: “seguimos siendo tildadas de locas por sobre lo que queremos decir”.
“Pero sí comenzó a instalarse en agenda -profundizó- a debatirse una reconstrucción de los lazos dentro de la sociedad, plantearnos si estamos a niveles igualitarios en todos los sentidos y aprendiendo de otras diversidades. Es el camino hacia nuestra verdad fuera de los modelos hegemónicos”.
De acuerdo a Mirta Busnelli, otra voz referente del movimiento, la lucha de las mujeres “se intensificó a partir de 2015, pero fue la conferencia de prensa de Thelma la que marcó un antes y un después. Tomó importancia porque era una persona conocida, con conducta aparentemente impecable, que hacía programas familiares. Los hombres empezaron a repensar sus conductas”, describió.
Desde el universo musical, Miriam García, cantante, educadora popular y discípula de Leda Valladares, observó que NUM empujó a sentir que “había una red de sororidad que contenía y que el alzar la voz en forma colectiva se escucha más”.
“Nos impulsó a estar atentas -continuó- sobre qué le podía estar pasando a una compañera o alumna y cómo actuar frente a eso, y no callarnos, algo que en otro momento sí se percibía, la mejor opción era el ‘no meterse’”.
En coincidencia con García, Leticia Lee, una de las voces más elogiadas del heavy metal, opinó que “NUM modificó el modo de ver las cosas como mujeres y artistas”, y agregó: “Nos hizo estar más atentas y a desnaturalizar. Es el comienzo es un cambio de paradigma y no estamos solas”.
En dicho sentido, Lula Bertoldi, vocalista de Eruca Sativa, resaltó que “se empezaron a caer las fichas como dominó. Se trata de la muerte de la mujer, pero también se trata de todos los niveles de violencias de género y micromachismos existentes, y de cómo podemos convivir con esa denigración constante”.
El contexto fue una plataforma para que empiecen a visibilizarse los acosos y abusos sexuales de músicos, así fue, por ejemplo, con Cristian Aldana (El otro yo) en abril de 2016, algunos meses antes de que Gustavo Cordera expresara que “hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo” y fuera condenado social y judicialmente.
“Es bueno que hayamos empezado a desnaturalizar los tratos hacia la mujer, las colegas, de un músico de arriba del escenario a sus seguidoras -enfatizó Bertoldi- Reventó todo con los escraches y las denuncias públicas. A veces la ley nunca llega, y esa es nuestra forma de justicia social. Genera que muchas mujeres se sientan acompañadas y dejen de sentirse culpables, aunque sabemos que no es así”.
“Migue” del Pópolo (La ola que quería ser chau), Fidel Nadal (Todos tus muertos), Franco Salvador (Pez), Santiago Aysine (Salta la banca), Guillermo Ruíz Díaz (Él Mató a un Policía Motorizado), fueron algunos de los escrachados, y otras bandas como Diosque, Sueño de Pescado y Utopians expulsaron a Jean Deon, Martín Morroco y Gustavo Fiocchi, respectivamente, luego de que se conocieran las denuncias.
En ese punto, la música y compositora Barbi Recanati, ex vocalista de Utopians, manifestó: “la mayoría de las artistas tratamos de trabajar en espacios 100% inclusivos y transfeministas. Ahí no se vive la violencia machista. Pero cuando caes en un espacio de los antiguos, todo sigue ahí. Los gritos, los chistes, el menosprecio, sumado ahora a una paranoia constante de tipos que viven a la defensiva y que te insultan diciendo: ‘vos sos una caradura que piensa que puede reclamar espacio por tener tetas’”.
Dicho agravio que en noviembre pasado recibió Recanati de un mánager de una banda de rock, es una reacción gráfica ante un avance del colectivo feminista, en este caso de las músicas, que logró en diciembre de 2019 que se sancione la Ley de Cupo Femenino y Acceso a Artistas Mujeres a Eventos Musicales, que garantiza que el 30% de la grilla de festivales sea integrada por mujeres y disidencias.