Sarnaglia pasó de la preferencia de Perotti a estar enredado en turbias sospechas
Omar Perotti fue a buscarlo directamente a su casa en el humilde barrio de El pozo, unas semanas antes de asumir como gobernador de Santa Fe. El prontuario limpio de Víctor Sarnaglia lo convencía y también la trayectoria en investigaciones complejas. Era el perfil para limpiar de corrupción la fuerza que venía contaminada y con un desgaste total con la opinión pública. Nueve meses después, el jefe de la policía de Santa Fe, Víctor Sarnaglia, quedó virtualmente fuera de su cargo luego de ser involucrado en el presunto cobro de coima en una causa ramificada de extorsiones, Los Monos y fiscales detenidos.
Un borrador secuestrado al empresario del juego ilegal, Leonardo Peiti, quien deschavó a los fiscales Patricio Serjal y Gustavo Ponce Asahad, es el único elemento por el momento que arrojan tierra a Sarnaglia. Vale aclarar que eso solo es nulo como elemento de imputación.
En el mismo, figuraba un prorrateo de sumas de dinero por cada sala de juego ilegal, aparentemente coimas a cambio de proyección, y uno de los nombres a los que se asignaba dinero era "Sarna". Esas letras posiblemente hagan referencia al nombre del jefe policial.
Cuando los nubarrones se juntaban y acechaba la tormenta, Sarnaglia dijo que el único que lo llamaba de esa forma era el ministro de Seguridad, Marcelo Sain. Ese parece ser un intento de sugerir algunas cuestiones: que el ministro tramó una operación en su contra; o que hay más de un salpicado en la situación.
Sain ha ponderado en más de una oportunidad a los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, incluso realizó el apoyo desde el Organismo de Investigación para detener al narco Esteban Alvarado. También vale aclarar que el ministro quebró el vínculo con el jefe policial después de algunos episodios.
Primero cuando Sarnaglia percibió la quita de poder de investigaciones complejas, y luego cuando no fue citado a una reunión donde definieron recursos policiales. Por esto último, Sarnaglia decidió empezar a comunicarse directamente con Perotti, lo que fue interpretado por Sain como un puente. Acusaciones de operaciones y filtraciones a la prensa, derivaron en un no retorno de los vínculos.
Sarnaglia sospecha que su nombre en el apunte de las presuntas coimas puede ser un “invento”. Por eso dijo que pidió licencia para declarar por su voluntad frente a los fiscales. Sin embargo, aparentemente la citación de los fiscales para que declare testimonialmente ya estaba emitida. Más allá de lo que ocurra con el futuro judicial de Sarnaglia, quien es casi imposible que vuelva a la fuerza, el gobernador Omar Perotti acumuló el último problema que quisiera tener y contra el que hizo campaña: corrupción policial.