Deudómetro e inflaciómetro, nuevas herramientas de medición
Deudómetro
Este instrumento marca un preocupante crecimiento de la Deuda Pública de la Administración Nacional del Estado Nacional (excluye deuda de empresas públicas, deuda de gobiernos provinciales, municipales y deuda del Banco Central)
Según la información oficial publicada por el Ministerio de Endeudamiento Feroz, el stock de deuda no sólo ha crecido desde el 11 de diciembre de 2015 sino que a medida que avanza el tiempo lo hace a ritmos mayores. El gráfico dice que en el primer trimestre de 2016 el gobierno nacional incrementaba la deuda a razón de 23 millones de dólares por día. En los últimos tres trimestre publicados (IV 2016 – I 2017 y II 2017), el aumento de la deuda se acerca a los 100 millones de dólares por día o si se prefiere algo más de 4 millones de dólares en 60 minutos.
A este paso, en la medida que siga el déficit gemelo (público y externo), que se sostenga su pervivencia con deuda y que no se interrumpa el flujo de préstamos, el gobierno de Cambiemos dejará el stock de deuda a fin de su mandato en algo más de 400 mil millones de dólares, esto es un 60% mayor que la recibida el 10 de diciembre de 2015.
Inflaciómetro
En el terreno del control inflacionario parece que no era tan sencillo como lo imaginaba Macri y sus colaboradorxs en la campaña electoral.
El gráfico siguiente muestra el acumulado por año completo 2015-2016-2017 del índice de precios al consumidor medido por la Ciudad de Buenos Aires. La elección de este índice es porque es uno de los pocos que se ha mantenido en este tiempo y en consecuencia se trata de una medición homogénea.
Aun no contando con la variación de precios de noviembre y diciembre de 2017 pero conociendo el proyectado impacto del incremento de tarifas, combustibles, los niveles de tasas de interés y otras componentes, podemos arriesgarnos a imaginar cómo terminará el presente año.
El ajustazo del 2016 hizo que la variación del 2016 fuese del 41%, guarismo similar que marcó el triste e inolvidable 2002. En el 2017, la variación de precios sería suavemente inferior al de 2015, con lo cual nada de lo hecho habría servido para reducir el ritmo inflacionario. Estamos como estábamos en materia de precios pero mucho peor en empleo, precariedad, actividad económica, situación fiscal y comercio exterior.