Los frentes metidos para adentro antes de salir
Todas las fuerzas políticas están en ebullición en Santa Fe, también en el resto del país, pero este territorio es el que nos ocupa. Juntos por el Cambio es hoy Revueltos por el Cambio, los radicales que se mudaron recientemente y los que ya venían; le pusieron su impronta al espacio y llevaron su internismo atávico al armado del momento. “Corral está peleado con Barletta, Pullaro no quiere ir debajo de Corral, ninguno se habla con el otro”, describe agobiado un macrista santafesino de la primera hora. Si hubo que llamar a Miguel del Sel para que organice un poco el espacio, es porque la cosa es grave. El cómico no quiso ser candidato esta vez pero ya hay cuatro postulantes a senador nacional: José Corral, Maximiliano Pullaro, Federico Angelini y Carolina Losada, la reciente y fulgurante adquisición a la que convencieron con arte Martín Lousteau y Julián Galdeano. Pero el batacazo duró lo que el anuncio en el programa “Intratables” del canal América. Por ahora, no hay demasiadas ventajas a la vista.
El macrismo se guarda su grieta para la ciudad de Buenos Aires, pero en Santa Fe todos apoyan: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich quieren lo mismo, que es sumar masa crítica y ganar la máxima categoría en esta provincia. “En esta elección, el que se lleve dos de los tres senadores desnivela a nivel nacional. Esta es una provincia importante, lo mismo que Córdoba y Buenos Aires”, dice Galdeano que prefigura que gran parte del 2023 se puede jugar aquí también.
Mientras que el sector de Losada y Corral ya tienen nombrados a los que encabezarán la nómina de candidatos a diputados nacionales (Mario Barletta y Roy López Molina, respectivamente); Angelini y Pullaro aseguran que tienen un “tapado o tapada” reservados para esas candidaturas. Puede ser que en realidad, no tengan nada más que espacio para poder negociar y reducir de cuatro a dos o al menos tres a la diáspora cambiemita en la provincia.
En el sector ni siquiera se ponen de acuerdo en el escenario de la disputa. Mientras unos dan por jubilado al potencial del Frente Progresista para las categorías nacionales y tras la muerte de Miguel Lifschitz; otros señalan que “es un error subestimar el potencial” del nucleamiento que gobernó 12 años la provincia.
Precisamente, el socialismo transita con paciencia. El vacío que dejó la muerte de Lifschitz no se puede llenar de golpe, pero en el partido que conduce Enrique Estévez en la provincia admiten que los nombres de Antonio Bonfatti y Mónica Fein son “los naturales, son dos referentes importantes”. Pero son nombres demasiado transitados y que tuvieron su momento de apogeo y también su desgaste. En cercanías del ex gobernador por ejemplo, se sabe que no tiene muchas ganas de afrontar una campaña pero también apuntan su histórica responsabilidad como dirigente.
Las repetidas promesas de ampliación del Frente Progresista esta vez parece que se van a materializar. Las charlas con Rubén Giustiniani que se fue del partido hace años, van en serio. Sentar a la misma mesa al Frente Social y Popular de Carlos del Frade no es tan sencillo y mucho menos a Ciudad Futura donde sí están decididos a estrechar sus vínculos con el periodista pero no tanto con el diputado de Igualdad al que poco conocen y con quien no tienen demasiado trato.
Hay una cosa que es muy cierta y repiten dentro del socialismo: “Si vamos a ir con los nombres de los referentes ¿para qué anunciarlos dos meses antes?”, se preguntan. Y es cierto sobre todo en el marco de una campaña rara que nadie sabe muy bien como encarar ante un electorado golpeado por la incredulidad, la economía y la pandemia.
Allí resta ver cómo juegan también los intendentes Pablo Javkin y Emilio Jatón, cuyas acciones crecieron notablemente dentro del Frente Progresista. Hay tiempo para saber qué hará el intendente rosarino que, según trascendió, dijo que si el candidato a senador nacional es Bonfatti, todo bien, pero si no es probable que arme alguna interna en el espacio. Por ahora lo recibe a Corral y Roy López Molina en su despacho y desconcierta un poco.
El peronismo no tiene todo resuelto, pero estar en el poder siempre ordena y une. Lo más sorprendente fue el lanzamiento de la propia corriente interna del gobernador Omar Perotti, un claro lugar de referencia para negociar con los otros sectores del Frente de Todos. Ahora ya no será el jefe de la Casa Gris pidiendo sólo por Roberto Mirabella senador, ahora hay todo un espacio referenciado en intendentes y jefes comunales para pedir por lo más y conseguir lo que se busca. ¿Cómo se iba a sentar Perotti solo con la Corriente de Agustín Rossi, la Cámpora de Marcos Cleri y el movimiento Evita de Gerardo Rico y Eduardo Toniolli? Y, obviamente, los jefes nacionales de estos sectores más la opinión del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El gobierno tiene resuelta la campaña y el eje será la gestión de la pandemia incluido el programa de vacunación más importante de la historia. Tenderá a esquivar la crisis económica y en Santa Fe a exhibir las políticas públicas de cara a la gente con Billetera Santa Fe y el Boleto Educativo Gratuito. La seguridad la meterán los opositores en los debates pero allí si bien no hay demasiados resultados para destacar, sí se pondrán sobre la mesa los números de la inversión que se hizo en la materia y el corte que se produjo en la connivencia policial con el delito. Además, la llegada de Jorge Lagna a ese candente ministerio demostró que la política mata a la formación académica. El viejo dirigente peronista habla poco, escucha mucho y trata de no pelearse con nadie. No es poco lo que logró Lagna en unos meses: Que sólo unos pocos sectores extrañen el accionar de Marcelo Sain.