Allanaron por homidicios en barrio Ludueña: detuvieron menores con drogas y un FAL
Trabajaron más de 250 efectivos de Grupos de Operación Táctica que diseñaron una acción sorpresiva. Buscan investigar violencia en este rincón de Rosario, con dos bandas que se enfrentan a los tiros en la calle y tienen sus líderes en la cárcel. Brisa M. y Gustavo C, ambos de 17 años, fueron puestos a disposición de la Justicia de Menores.
Dos menores detenidos en allanamientos por homicidios, con drogas y armas en su poder, entre ellos un FAL. Ese fue el resultado de lo que sucedió en la noche del viernes, en la cuadra de Felipe Moré al 600 bis, en la esquina de Gorriti y Campbell y en otras zonas del barrio Ludueña, que en algunas de sus calles respira un clima que envidiarían los ciudadanos de la Ucrania en guerra. El telón de fondo es el enfrentamiento armado entre jóvenes que se disputan el territorio para la venta de drogas, con bandas narco que tienen a sus líderes detenidos y mandan desde la cárcel a ejecutar balaceras y otros delitos, muchas veces con menores de edad como protagonistas. La sospecha de los investigadores es que uno de los grupos aquí está relacionado con los Cantero y el otro con Alvarado.
En los operativos de anoche participaron más de 250 efectivos y 19 Grupos de Operaciones Tácticas (GOT) que llegaron desde toda la geografía provincial. "En estricto secreto y sin saber ninguno de sus integrantes cuál sería su destino final, arribaron a Ludueña. Y ahí se desplegaron", confía un investigador en la tarde del sábado a RosarioPlus, haciendo un balance de lo actuado. Que dijo sobre el increíble hallazgo de un FAL de uso militar. "Es la segunda vez en poco tiempo que nos topamos con uno así, la anterior había sido en Tablada".
El plan se había sido diseñado con reserva y buscaba obtener información sobre homicidios recientes en esa zona de Rosario, castigada casi como ninguna otra: según el informe elaborado por el Observatorio de Seguridad Pública de la provincia, al 20 de mayo entre Empalme Graneros y Ludueña habían sumado 364 llamados al número telefónico del 911 por hechos con presencia de armas de fuego, un promedio de más de dos por día. Se trata además del rincón rosarino con mayor cantidad de homicidios en lo que va del año: 27.
Una nueva batalla tras la detención de Gerez
La Agencia de Investigación Criminal informó sobre los allanamientos de anoche que "están relacionados con investigaciones que llevan adelante los fiscales Adrián Spelta y Patricio Saldutti, de la Unidad de Homicidios del MPA". Lo que pudo indagar RosarioPlus es que también se conectan con la imputación que acaba de hacer el fiscal Pablo Socca contra Mauro Gerez y otras personas detenidas la semana anterior.
El fiscal Socca acusó a Gerez en audiencia imputativa -que duró dos días por la abundante cantidad de información relevada- de controlar un ejército de tiratiros menores de edad, reclutados luego de regalarles botines y pelotas en un club de fútbol de barrio Ludueña.
"Un dato impactante al que llegamos en la investigación y que vamos a profundizar, es que los líderes de este grupo que Gerez comandaba en la calle eran dos presos en Coronda, Julián Aguirre y Andy Benitez. Uno de ellos cambió 70 veces de chip en un celular que tuvo en la prisión en los últimos seis meses", indicó con preocupación el fiscal Socca en diálogo con RosarioPlus. El Servicio Penitenciario deberá seguramente dar explicaciones por esta confirmación, que se suma a la enorme cantidad de causas judiciales en las que que aparecen delitos instigados desde la prisión.
Pero lo grave no termina allí. Al grupo de Gerez se le detectaron sólidas relaciones con la Comisaría 12, la de barrio Ludueña. De hecho, antes de caer detenido, hubo una denuncia de que había estado preso unas horas en esa dependencia y luego liberado, sin más explicaciones. El subjefe de la 12 fue apresado el pasado 22 de mayo, lo que derivó en un escándalo: tenía en su poder una camioneta robada en Buenos Aires, con patente perteneciente a un patrullero.
A Gerez se lo encontró unos días después de aquel hecho, en casa de su novia. Ahí lo esperaba un operativo del que había participado la Agencia de Control Policial, que intervino por la sospecha de la complicidad del acusado con la Comisaría de su barrio.
Esta banda -según las pesquisas- está vinculada a Los Monos. Y viene disputando a balazos el terreno a la de Fran Riquelme, relacionado con Alvarado.
En el medio, aparece entre otros el crimen de "Larva" Fernández a plena luz del día el último 14 de abril. Era el cuarto hermano asesinado de una familia atravesada por muertes en disputas narco: también en abril, pero de 2018, Ezequiel "Parásito" y José Horacio "Grasita" habían sido acribillados en el resonante triple crimen de Baigorria, junto a Gerardo Abregú. El otro de los cuatro Fernández, Nahuel, fue desaparecido en agosto de ese mismo año. Estos casos fueron mencionados en el testimonio de Carlos Argüelles, testigo del juicio contra Alvarado que acaba de concluir.
La guerra se da en las calles de Ludueña y Empalme Graneros. Y en estos días sumó nuevas batallas: "Cuando Gerez cayó detenido, quisieron ocuparle el territorio. Así se explica lo del pibe muerto más otro herido que hubo en Casilda y Humberto Primo, zona suya. Que a su vez fue respondido con una balacera al otro día en la zona de Felipe Moré al 600, que es de Riquelme", desliza otra fuente vinculada a la pesquisa.
Pocas horas después de ese crimen en Casilda y Humerto Primo, el fotógrafo de RosarioPlus registró la escena, en la que había circulitos dibujados con tiza por la AIC, la forma en que se verifica que allí hubo disparos.
Detrás, como testimonio de la tragedia que vive el barrio, las pintadas en pared con un "Pocho Vive", la clásica hormiga que identifica la lucha para recordar al militante social que colaboraba allí cerca con la escuela del Padre Edgardo Montaldo y un mensaje muy claro hecho con prolijidad en pintura azul: "Ni una bala más, ni un pibe menos".
El detalle de los allanamientos
Volviendo al operativo descripto al comienzo de esta nota, la acción comenzó pasadas las ocho de la noche del viernes 3, con mucho frío y la gente guardada en sus casas. Y finalizó casi a las dos de la mañana. Fueron simultáneos, para evitar las fugas.
Hubo allanamientos en un pasillo en el que se ingresó a cinco viviendas en Felipe More al 600 bis, sin grandes resultados. Y otro más en el que Spelta decidió secuestrar un teléfono celular. Luego, según relató el parte policial, cuando se realizaba una tercera tanda de ingresos con personal de las TOE, se intenta escapar quien luego resultaría detenida: Brisa A. de 17 años, que al querer zafar de la policía se cae desde un techo y debe requerir asistencia del SIES.
En la casa de Brisa encontraron “un revólver calibre 38 el cual con 4 municiones, $5 mil pesos, 724 envoltorios y un bochón de cocaína, un bolsa con posible material de estupefacientes y envoltorios varios, material de fraccionamiento, una placa balística, 2 celulares, 15 municiones calibre 22, más abrochadoras y balanzas de precesión”. Por haberse hallado drogas, Saldutti ordenó que se pusiera en conocimiento al Juzgado Federal y comunicar al Juzgado de Menores la situación.
En otra de las casas allanadas, una planta alta en la misma cuadra, intervino el GOT que había llegado desde Casilda. La vivienda se encontraba vacía, pero al requisar con la brigada canina del MPA encuentran en la basura tres cartuchos de 9 mm, libreta con anotaciones y una partida de nacimiento a nombre de Jonatan Gabriel Riquelme.
En la calle Sotomayor al 600 Bis, el grupo de irrupción se encontró con tres hombres, dos mujeres y un bebé de 4 meses, pero no con la persona a la que buscaban ahí. Igualmente, el fiscal Spelta decidió secuestrar cuatro celulares, una notebook y cartuchos de bala que había en esa casa. Situación similar se dio en Gorriti al 6300, donde no dieron con un prófugo de la justicia, pero sí tres celulares y proyectiles, sin detener a las otras personas que había en la casa.
En Felipe Moré al 500 detuvieron a Gustavo C., también de 17 años. Tenía en su poder cuatro teléfonos celulares y una motocicleta 150 cc. que fueron secuestrados por los investigadores.
Y por último en el domicilio de alguien que no estaría vinculado a una banda, sino que su casa habría sido usada para guardar armas bajo extorsión, se encontraron un chaleco policial, más teléfonos, municiones y el fusil FAL calibre 7,62
Este último dato abre una punta más para seguir investigando: el recorrido que pudo haber seguido un Fusil Automático Liviano que sólo utilizan las Fuerzas Armadas, para llegar hasta una banda de tira tiros integrada por menores de edad, en barrio Ludueña.