Apresan a tres policías rosarinos involucrados en la venta ilegal de armas
Hay otras dos personas más detenidas como miembros de la banda. La investigación empezó en Victoria y desembocó en una armería de barrio Bella Vista y en domicilios de Tablada, entre ellos una sodería. Secuestraron numerosas armas que iban al mercado clandestino.
Tres policías de la Unidad Regional II –dos hombres y una mujer– quedaron detenidos este lunes, involucrados en una organización que vendía de manera furtiva armas de fuego fuera de todo control y reglamento. En diversos allanamientos los agentes de Agencia de Investigación Criminal y Tropas de Operaciones Especiales secuestraron 20 armas largas, una decena de pistolas –la mayoría, calibre 9 mm– y muchas municiones y balas acopiadas en la casa de uno de los agentes del orden, en Bermúdez al 6600, en barrio Tablada.
La investigación había comenzado en marzo, cuando los fiscales Pablo Socca, Valeria Haurigot y Federico Rébola encararon una pista acerca de un rumor: que en la ciudad de Victoria, Entre Ríos, se estaban ofreciendo armas por izquierda, a mucho menor precio que el de mercado.
Los fiscales infiltraron la organización con un falso cliente que llegó a pactar una compra de fusiles de caza. Y así la investigación prosperó hasta dar con la cabeza de la estructura delictiva: tres policías rosarinos, uno de los cuales posee una armería en Presidente Perón al 4100, de barrio Bella Vista.
El primer contacto que ofrecía boca a boca las armas en Victoria es hermano de uno de los policías involucrados.
En el domicilio de uno de los policías involucrados, en Tablada, la AIC y la TOE decomisaron 10 pistolas calibre 9 y 45, un revólver 3.57 Magnum, nueve fusiles, escopetas y carabinas, y 50 cajas de proyectiles.
Los tres policías detenidos serán sometidos a audiencia imputativa este jueves, donde serán acusados de venta ilegal de armas y asociación ilícita.
Cuando el infiltrado consolidó el trato comercial con la organización que vendía las armas, se pudo realizar una segunda compra de armas largas, y resultó que esas habían sido robadas a un usuario registrado en la localidad cordobesa de Cruz Alta.
Los fiscales averiguaron que una de las patas de la organización estaba en la armería de Perón al 4100, donde se vendían balas y armas sin la exigencia debida de la licencia para poseerlas.
En una compra posterior de armas a la organización (siempre con dinero aportado por el Ministerio de Seguridad, especial para estas misiones) los investigadores descubrieron que otro origen de las armas era un depósito en Bermúdez al 6600, propiedad de un policía.
También quedó involucrado el titular de una sodería en barrio Tablada. En tanto, dos de los policías incriminados son un agente de la Sección Criminalística y su esposa, asignada al Comando Radioeléctrico.