El oscuro misterio de los atentados que sufrió un taller mecánico en el barrio Triángulo durante los últimos días se develó este miércoles en el Centro de Justicia Penal, donde el fiscal Pablo Socca imputó a un joven de 26 años como autor principal de esos ataques: la razón de las amenazas, la extorsión, el incendio y la balacera fue una deuda que el hijo de uno de los dueños del taller contrajo con una organización de narcomenudeo.

"Te la hago re fina. Tu hijo nos debe plata de droga. Con recargo pasa 4 mil dólares o te recanto a tiros todos los días el taller tu casa. Vos verás si no pagás. Tenés tiempo hasta mañana al mediodía", le dijeron por Whatsapp el 31 de diciembre a Gustavo, uno de los dos hermanos que atiende el taller mecánico en Matienzo al 3200, de zona oeste.

Le exigieron el pago de 4 mil dólares, y como pasaron dos días sin novedad, el establecimiento fue blanco de un ataque incendiario que no pasó a mayores por intervención de los vecinos.

La siguiente amenaza fue así: “Cumpa ya te dimos la primer advertencia. Cómo querés seguir, vas a pagar lo que debe Nahuel o querés que sigamos haciendo daño. La quiso jugar de narco y no le salió. Problemas de ustedes. Ahora paguen”.

El detenido ahora imputado de la extorsión.

Días después, el 8 de enero, la intimidación se repitió en forma de varios balazos nocturnos contra el portón del taller. La interrogación a vecinos y registros de videocámaras señalaron una camioneta Volkswagen Amarok como el origen de los disparos. 

Con esa información, Socca libró allanamientos y en Garay al 6200 encontró la pickup y detuvo a Joel Miqueas O., de 26 años. Hoy lo imputó de extorsión agravada por el uso de arma de fuego, incendio, portación ilegítima de arma de fuego de guerra, y quedó en prisión preventiva a la espera de juicio oral.