Adrián Forni asumió en diciembre pasado como Jefe de la Unidad Regional II. Desde entonces encabeza una fuerza policial con más de 4 mil hombres y mujeres, que aunque creen que deberían ser más, confía que podrán reducir los niveles de delito que hoy tiene Rosario. Tras haber dirigido las TOE durante la gestión de Maximiliano Pullaro en Seguridad, hoy es el hombre elegido por el actual ministro, Marcelo Sain, para comandar la compleja situación en la ciudad. Antes, en el primer año de la administración Perotti, pasaron otros cuatro comisarios por el cargo. "Si no logro los objetivos requeridos, me tendré que correr", le dijo a RosarioPlus en una entrevista que concedió en su oficina de Jefatura.

-Usted está sentado en un sillón que ocuparon antes cuatro comisarios en el año 2020. ¿Cómo hará para durar más que sus antecesores?

-Primero, tenemos que entender que somos funcionarios policiales y nos debemos a la responsabilidad de obtener logros, resultados. Estamos subordinados a un Ministerio de Seguridad y respondemos en forma directa al Poder Ejecutivo, a la figura del gobernador. Cuando por alguna razón no alcanzamos los objetivos, es justo que haya desplazamientos. Porque se trata de obtener eficiencia y nosotros como jefes de la policía estamos subordinados a una estrategia, siempre con humildad. Este nombramiento como Jefe de la Unidad Regional II es un honor, pero al mismo tiempo debo saber que si yo no logro los objetivos requeridos, me voy a tener que correr. 

-¿Cuántos efectivos hay en Rosario cada día en la calle, para cumplir con esos objetivos?

-Tenemos unos 4.400 hombres y mujeres en la policía de Rosario. A lo que estamos apuntando es a magnificar la presencia en la calle, de ese total. Lo primero que se debe saber es que hay un escalón preventivo, con los móviles que están en la calle subordinados al 911. Desde que yo estoy a cargo, armé tres escalones más, de tipo proactivo. Podríamos decir que es asumir una actitud más ofensiva. Eso mejoró la cantidad y calidad de los móviles en calle. También modifiqué algunas cuadrículas de trabajo y armé una fuerza de tarea llamada “Bravo”, para territorios complejos. Estoy hablando de barrios con más violencia, como Tablada, Tiro Suizo, Grandoli, Las Heras o Matheu. Las operaciones tácticas que estamos haciendo con este grupo de trabajo están teniendo muy buen resultado, porque son hombres con la cabeza muy fuerte.

-¿Hay zonas de la ciudad a las que le prestan más atención?

-Lamentablemente, el delito está expandido por toda la ciudad. Antes, se le prestaba más atención a lo que podía pasar en esos lugares que acabo de nombrar, o en Empalme Graneros y en Ludueña, por nombrar algunos. Pero ahora, tenemos también actividad en Echesortu, Barrio Belgrano o en Azcuénaga, por citar ejemplos. También hemos sumado al patrullaje a todos los inspectores de zona y hemos sumado móviles que hacen inteligencia, en móviles no detectables, en varias zonas de la ciudad.

-¿Esos 4.400 hombres y mujeres que tiene la Policía, son suficientes?

-Para un hombre que representa la seguridad, nunca alcanza. Rosario tiene más de 1.300.000 habitantes, según el último censo. Y el crecimiento demográfico en los últimos años ha sido importante, pero sabemos que no ha sido de sus sectores medios y altos. Buena parte de la suba habitacional ha sido para gente que vive en situaciones desfavorables. Eso ha potenciado mucho un tipo de delito que es el predatorio, el de la calle, que son los arrebatos de un celular o una cartera, quienes se aprovechan de una distracción. 

-¿Qué estrategia se dan ante esta realidad, teniendo en cuenta que no se puede poner un policía en cada esquina de la ciudad? 

-Muchas veces en nuestra casa si está a oscuras y sentimos ruidos, tendemos a prender la luz. Y es un error, porque tendríamos que desplazarnos en la oscuridad. Pero como le tenemos miedo a la oscuridad, nos condicionamos. La violencia en la sociedad existe desde hace muchos años. Pero en este tiempo, la sociedad es todavía más violenta. Y el actual es también un contexto favorable para que crezca la violencia criminal y lo que llamamos la inteligencia criminal. Hay personas que están analizando cuándo usted está descuidado, para cometer el delito. Nosotros lo que tenemos que hacer es enfrentar esto, pero sin hacer ruido. Nos tenemos que hacer nosotros más inteligentes. Como ciudadano, hay técnicas que se pueden aplicar. Una de ellas, es acercándonos más a quienes nos cuidan. Cuando veo a un ciudadano que ayuda a detener a una persona que cometió un delito, me parece excelente. Pero no cuando nos dicen: “Mire cómo yo hago su trabajo”. Eso está mal, porque la seguridad se construye entre todos.

-¿Tienen registro de si hay horas del día más complicadas para el trabajo policial, con más delitos?

-Sí, más que horas, diría que días. Los fines de semana, desde la tarde a las 7 de la mañana del otro día, tenemos el 911 y todo el servicio en plena actividad. Ahí es cuando más trabajo se da. 

-Hay un viejo reclamo, de que el personal administrativo de la Policía, pase a la calle. ¿Se hizo todo lo que se podía hacer en ese plano?

-Se hizo mucho, pero todavía falta.

¿Este año sumarán más agentes?

-Sí. Y vamos a tener el Centro de Operaciones Policiales, el COP, que nos dará más velocidad de intervención.

-El otro día se dio una persecución a un ladrón que había robado un celular en moto. ¿Qué sensación quedó en la Policía de esa “victoria”? Le pregunto porque al mismo tiempo en las redes sociales muchos también decían que “para qué tanto esfuerzo si al día siguiente el ladrón sale”.

-Hay dos opiniones. Una, la que tiene la ciudadanía respecto a lo que hizo el fiscal. Pero yo le puedo hablar de lo que pensamos en la fuerza policial. Y lo que sentimos fue satisfacción. Porque estamos trabajando para una policía más proactiva, que no baje los brazos. Y la cual tampoco puede depender de lo que haga un fiscal. Nosotros trabajamos ante la flagrancia, para sorprender al que comete un delito y para la prevención, para que aquel que piensa delinquir llegue a pensar “Me va a costar hacerlo”.

-¿Usted cree que repitiendo situaciones como la de la persecución esa que se filmó y tomó tanta trascendencia, se puede desalentar al delito? 

-Por supuesto. Muchas veces no se ve, porque no tenemos una cámara en el momento como sí pasó ese día. Ayer tuvimos una persecución a un Chevrolet Aveo en Ovidio Lagos a la altura de Battle y Ordoñez, que terminó con el delincuente chocando en contramano por la Autopista a Buenos Aires. Detuvimos tres masculinos, secuestro del vehículo que habían auto robado y dos armas de fuego. Ustedes vieron las fotos de cómo terminó todo. Con episodios como estos, la sociedad ve que estamos trabajando. 

-Usted me habla de más de 4 mil efectivos en la Policía de Rosario. ¿Es posible pensar una fuerza depurada? 

-Cada gobierno que ingresa trabaja para depurar a la institución. Y desde que ingresó el ministro Saín se avanzó mucho, hay casos para demostrarlo. Yo creo que en las conductas humanas siempre hay de las buenas y de las malas. Y que dentro de la institución policial, hay más positivas que negativas. Pero de estas malas, créame que para quien comete un delito, actuará el área de control policial. Bajo mi conducción, no está permitida la corrupción. No puedo controlar todo, pero sepan que cuando nos enteremos de algo, vamos a intervenir.

-En los últimos quince años en Rosario apareció otra vinculación importante de policías, esta vez con bandas narco, que han generado balaceras, asesinatos, ocupaciones de casas. ¿Qué piensan hacer con esto?

-El delito va de lo más sencillo a lo más complejo, del predatorio por un hurto en la calle, al de una banda narco. Pero para nosotros hoy todo es tomado como complejo. Tenemos que darle la herramienta de atención a ese tipo delito que antes era simple. Porque si a usted se le llena la ciudad de arrebatos, es un problema. Tenemos que pensar que atrás de ese delito, también hay inteligencia criminal. Dentro de la parte preventiva, trabajamos en coordinación con la Agencia de Investigación Criminal, en la que tenemos que dar intervención en la calle. Tanto sea ante situaciones flagrantes, como en allanamientos. Lo que puedo mostrar en mi gestión es la detección de muchísimas armas de fuego, muchas personas con pedido de captura que se detuvieron y el secuestro de moto-vehículos. Estamos siendo muy proactivos. Y la orden es que cada elemento de la fuerza, intervenga. La filosofía es “Yo patrullo, pero también detengo”.  

-Cuando se dieron los dos descuartizamientos en zona sur, causó impacto la primera hipótesis sobre la que se trabajó, sobre la banda “Los Gorditos”. La audiencia imputativa dio cuenta de una enorme cantidad de balaceras y otros delitos con sello mafioso, organizadas desde la cárcel de Coronda, por un cabecilla de la banda dando indicaciones a sus “soldaditos” por celular. ¿No se puede frenar este tipo de acciones?

-Es lo que decía al comienzo. La sociedad fue perdiendo valores. La sensación al leer esa información de la que usted me habla, es desagradable. Lo que yo le digo es que policialmente trabajamos todos los días para que ese tipo de delitos no llegue a producirse. Respecto a los descuartizados, hay un secreto de sumario y no puedo anticipar más datos, pero le puedo decir que la investigación está avanzada y habrá allanamientos vinculados a ese caso.

-¿La situación económica colabora para el crecimiento de nuevos delitos?

-Vemos un perfil de delincuentes relacionados a estos hechos que es el de personas muy jóvenes. Y si se quiere, con más audacia. Antes, para entrar a una banda, se agarraban a golpes de puño. Esos niveles de violencia fueron ascendiendo. Y ahora, para llegar a un rol directivo en una banda o mostrarse, lo hacen con demostraciones como una balacera. También hay acciones dirigidas, claro. Pero se hace un cocktail en el que es difícil discernir cuando se trata de lo que llamamos una “discusión de territorios” entre bandas, de cuando son “demostraciones de fuerza”.

-¿Desde la Municipalidad se podría hacer más en prevención, controlando el tránsito para evitar situaciones como la circulación de motos o autos sin patente? ¿No debería haber un ámbito de coordinación de los distintos niveles del Estado para conseguir mejores resultados?

-Hoy tenemos que pensar en diseñar ingeniería para la prevención del delito. Ya tenemos algún espacio con la Municipalidad y la Nación. Hay muy buena relación con el intendente Javkin, también por supuesto con la esfera nacional de Seguridad. Ahora, ¿eso alcanza? No. Si se cumpliera esa ordenanza que usted dice, sería de mucha ayuda. Mientras más normas haya para disciplinar, mejor será. Y también es un esfuerzo que tienen que hacer todos, como sociedad. Pongo el ejemplo de los celulares: si no se compraran usados los celulares sin preguntar su origen, seguro habría menos hurtos de teléfonos. Es real hoy que mucha gente quiere comprar un equipo de buen nivel y recurre al mercado negro. Nosotros hemos hecho allanamientos, tareas de inteligencia, pero no alcanza.

-¿Qué piensa del consumo de drogas, que también ha crecido de la mano del crecimiento del narcotráfico en la ciudad?

-Como sociedad tendríamos que preocuparnos por entender que estas sustancias, en cualquier nivel que se consuman, traen esta violencia que busca enquistar un mercado. Los muertos son, sin querer, la consecuencia de ese consumo. Porque atrás de la producción y venta de drogas hay un miserable mundo violento.

-Usted estuvo mucho tiempo a cargo de las TOE, trabajó para la gestión de Pullaro y ahora para Sain, ¿cree que es cierto que la provincia de Santa Fe se dejó estar? Me refiero a esta idea de que antes no era Rosario una ciudad de producción de cocaína y hoy sí lo es.

-En Estados Unidos la corrupción existe por el narcotráfico. Y creo que el secreto es bajar el consumo. Si logramos reducir el consumo de drogas, estoy seguro que bajarían los niveles de violencia. 

-¿El nivel salarial de la Policía es el adecuado?

-Ningún asalariado le va a decir que le alcanza la plata, pero creo que el Ministerio de Seguridad está trabajando con políticas salariales muy interesantes. Se entiende que hay una pandemia que tiene en vilo al mundo, no sólo a nosotros. Pero hoy el policía tiene la Tarjeta Alimentaria, que le permite comprar cuando quiere y lo que quiere. Hay otros mecanismos, como el pago de adicionales, que suman.

-¿Tienen alguna comparación del nivel de delito que hay en Rosario respecto a otras ciudades en el mundo o en la región con similares características en cantidad de población y situación económica?

-Si vemos lo que pasa en Latinoamérica, estamos mejor que Paraguay y peor que Chile. 

-¿Y respecto a Buenos Aires cómo estamos? 

-Buenos Aires encabeza los números, por una complejidad mayor que la nuestra. Nosotros tenemos homicidios, sí. Pero los estamos bajando. El ministro Saín creo que va a dar a conocer en poco tiempo los números. A mí no me gusta hacer mucho eje en este tema, porque tengo que hablar de gestiones previas a la mía. Pero en enero hemos tenido mejores datos que el año pasado.