La Suran, el anillo, los dos cadáveres y un doble homicidio que se sigue escribiendo
La detención en Corrientes de un prófugo rosarino reabrió la causa por los crímenes de Brian Molina y Dylan Valenti, cuyos cuerpos habían aparecido en un camino rural en Pérez. Una ejecución con perfil mafioso que se dio como venganza por el homicidio de un joven que estaba en silla de ruedas.
Miércoles 6 de julio en la localidad correntina de Santo Tomé. A 755 kilómetros de Rosario y casi en la frontera con Brasil, un grupo de gendarmes frena el colectivo de Crucero del Norte y sube a realizar una inspección. "Control de rutina", habrán dicho los viajeros, sin saber que entre ellos había un rosarino con pedido de captura por doble homicidio. Le decían el "Sombra", tenía identidad falsa y hacía meses que escapaba de la justicia.
Aunque habían detenido en abril a otros cuatro integrantes de la banda, quizás Hernán Ismael Cabrera pensó que él había zafado, mientras viajaba disimulado en un colectivo de pasajeros a pocos metros del límite con Brasil. Pero se ve que algún buche lo había entregado. Además, teníaunos tatuajes que no pudo borrarse y que lo terminaron delatando. Es que según el parte oficial que emitió la Gendarmería, al prófugo lo reconocieron por esas impresiones en su piel.
Antes, el "Sombra" había cometido otros errores. El primero había sido el de usar el anillo de oro que había robado a Brian Molina, una de sus víctimas. Y al pibe también le había sacado su celular antes de matarlo, un Samsung A10 que insólitamente intentó vender durante un entierro en el Cementerio El Salvador. Fueron varias las pistas que resultaron claves para la Fiscalía.
Por eso ahora, cuando cae como último de los acusados por dos crímenes simultáneos que habían conmocionado a Rosario en septiembre de 2021, Cabrera debe estar pensando que tal vez aquella noche del doble homicidio habían dejado demasiadas huellas a la vista.
La causa judicial por la que era buscado "Sombra" se había abierto tras el asesinato de Dylan Valenti -un joven vinculado a la venta de drogas que al parecer había estado involucrado un día antes en otro crimen que alguien quiso vengar con su muerte- y de Brian Molina, un ayudante de pintor que cayó "por error". Un doble homicidio que para sus autores intentaba ser la venganza de un crimen previo.
Valenti -según consta en la causa- habría vendido droga para una banda del Fonavi de Cerrito y Pedro Lino Funes. Molina era su amigo, pero según todos los testigos que aportaron información a la causa, no tenía relación con ninguna banda. Simplemente había estado en el momento justo en el lugar equivocado: junto a Dylan, cuando a aquel lo fueron a secuestrar en la noche del 29 de septiembre el grupo que integraba Cabrera, escena que terminaría en el doble homicidio.
Los matadores esa noche buscaban venganza por el asesinato unas horas antes de Julián Zanier en Nuevo Alberdi. Y alguien había hecho llegar el dato de que había sido "Dylan" quien había marcado la casa del "Rengo", a quien le decían así porque se desplazaba en sila de ruedas. Y para no dejar rastros, secuestraron y fusilaron también a su amigo pintor.
El asesinato de Julián y la venganza
A Zanier lo habían acribillado en la madrugada del 29 de septiembre, con 32 disparos. Un grupo de personas había llegado en un Peugeot 206 azul y había irrumpido por la fuerza en su casa en un pasillo de Fontana al 3100 al grito de "Policía". La víctima dormía y utilizaba silla de ruedas para desplazarse. Estaba prófugo de un homicidio previo y lo venían buscando hace rato. Esa había sido su última guarida, a la vuelta de una canchita de fútbol que solía organizar campeonatos con los pibes del barrio, en Nuevo Alberdi.
A su tío Jorge Castillo, que juró tomar venganza, alguien le dijo que "Dylan" había marcado la casa de Zanier. Por eso durante todo el día buscó a Dylan Valenti, hasta que pactó con él un encuentro para esa misma noche. En esa reunión, de manera fortuita y con su propio auto, estuvo Brian Molina, que terminó asesinado con un disparo en el cráneo en un camino rural. Su familia no tenía la menor idea de lo que pasaba a esa hora. Y entre los secuestradores de los pibes, estaba "Sombra" Cabrera.
El pintor y su familia
Ramón Molina contaría luego a la Justicia cómo vivió su famlia la desaparición de su hijo Brian: Había llegado de trabajar con él a las cuatro de la tarde. Su hijo se bañó, se fue cortar el pelo, y volvió a la tardecita. "Se quedó en casa y se puso a cocinar dos tartas mientras esperaba a su mamá, a su tía y a su hermano que habían ido a la iglesia. Ellos llegaron nueve menos veinte. Y a las nueve y media, Brian la llevó a su tía Mónica a su casa, en Seguí y Espinillo. Al rato le mando un mensaje y no me contesta. Me pareció raro porque él siempre le respondía rápido, me decía si se quedaba de un amigo o donde estaba. Espero, vuelvo a escribirle y nada. Lo llamo tres veces, pero no contesta. A las 12 lo vuelvo a llamar y me da apagado".
A los cuerpos de Dylan y Brian los iba a divisar la mañana siguiente un cuidador de caballos en la zona rural de Pérez por el camino de Clean City, donde la Municipalidad de Rosario tira los residuos. El doble homicidio apareció rápido en todos los canales de televisión, que llegaron con sus móviles. Y la imagen de Ramón, el padre de Brian que lloraba desconsolado en el lugar, se pudo ver en directo en todos los noticieros.
"Vi por la tele la Suran gris de mi hijo con las puertas abiertas, con dos cadáveres al lado. Vine porque Brian seguía con el celular apagado. No lo puedo creer, él no estaba metido con nada", diría ese día, desesperado. A su hijo además de secuestrarlo le habían robado su teléfono, un anillo y dos aros, que se convertirían en rastros para los sabuesos de Fiscalía.
El celular en el cementerio
Mientras los padres de Molina y Valenti lloraban a sus hijos, en el Cementerio El Salvador enterraban a Julián Zanier. Y allí se da una escena que consta en la causa judicial, relatada por la propia madre del joven que se desplazaba en silla de ruedas y había sido ferozmente acribillado: "Todos escucharon que Hernán estaba vendiendo el celular, un teléfono negro. Contó en el Cementerio era uno de los dos chicos que habían matado. Además del teléfono, tenía puesto un anillo, que era de uno de los que mataron".
El "Hernán" del anillo y el celular robado era el "Sombra", el que cayó en Corrientes esta semana. Ese teléfono Samsung de Molina fue vendido y a los quince días se había activado con otro número. En abril de este 2022, la policía allanó una vivienda en Felipe Moré al 2600 en la que encontró el teléfono y una arma. El dueño de casa tenía prisión domiciliaria desde febrero de 2019. Había estado en la casa de Zanier el día después de su muerte.
"Era de esos amigos del barrio, que estaba con él pero no se metía en las cosas que hacía Julián. No se veían mucho. La última vez había sido el 13 de junio, para el cumpleaños de mi hijo. Alan vino a la mañana del día que lo mataron a Julián y no se movió de casa. Se habrá ido a a once de la noche", diría la madre de Zanier a la justicia sobre Sappa.
Julián Zanier tenía un largo historial en la zona de Villa Banana. En noviembre de 2016 había zafado de un ataque, que no lo mató pero lo había dejado para siempre en silla de ruedas. Desde febrero de 2020, tenía pedido de captura por un homicidio, el de Dora Quiroga y había sosepchas de su participación en otros crímenes. En la causa también aparece el nombre de Leo "Rey" Saravia, líder de otra banda y actualmente detenido. El cartel que dejaron al lado de los cuerpos de Molina y Valenti tenía la leyenda "Con la mafia no se jode" y al lado tenía dibujada una corona.
Volviendo a Sappa -según el testimonio de testigos que lo habían visto esa noche en casa de Zanier- no había participado del operativo que terminó con la Suran y los dos cuerpos en el camino rural de Pérez. Quien sí había estado era Jorge "Chivo" Castillo, tío de Julián Zanier, que era el coimputado en la causa de 2019 por la que Sappa cursaba prisión domiciliaria.
A Castillo se lo encuentra poco después de haber dado con ese teléfono que había sido de Molina: se escondía en el piso 12 de un departamento de Pellegrini al 700. En el lugar estaba Amancay C. que también fue detenida y también el IPhone que habían robado a Dylan Valenti aquella noche del doble homicidio. El otro detenido fue Alexis Z, que vivía en Villa Banana. Durante la investigación, se había dado con un perfil suyo de Facebook en el que se lo veía con unos aritos que le habían robado a Brian Molina.
A "Sombra" Cabrera, por haberse quedado con el anillo de oro y el teléfono de Brian Molina, además del doble homicidio agravado por la participación de varias personas, se le atribuyó el delito de hurto, en la audiencia que se realizó este lunes 11 de julio, en la que se definió su prisión preventiva. Se suma así a las otras cuatro personas que participaron de aquel hecho, que ya habían sido imputados y que también esperan el juicio con una prisión preventiva.