La Justicia rosarina investiga el robo de una fuerte suma de dinero cometido mediante un engaño a un ahorrista, en la peatonal Córdoba y a pleno día. La víctima es un hombre de edad avanzada, a quien un hombre todavía no identificado le birló sin otra violencia que la de una mentira un portafolios con alrededor de 100 mil dólares.

El timo ocurrió el viernes 2 de noviembre, hacia las 10.30 de la mañana, en plena peatonal Córdoba al 1400. Un hombre robusto, de baja estatura, vestido con ropa oscura y una gorra de estilo italiano aguardó en esa cuadra dominada por la Bolsa de Comercio y renombradas casas de cambio hasta que llegó su presa: Alfredo C., de unos 80  años y con una dificultad motriz, arribó caminando lento con su bastón, y un portafolios. Adentro llevaba mucho dinero, alrededor de 100.000 dólares de acuerdo a lo que declararía luego en Fiscalía; o incluso más, según los comentarios que quedaron flotando en la city financiera rosarina. 

El hombre de la gorra lo abordó en la puerta de una asociación mutual lindera con una casa de cambio. Desde el Ministerio Público Fiscal se informó  que alguien había contactado por vía telefónica a Alfredo C. y se había hecho pasar por un familiar del hombre para convencerlo de que debían pasar a buscar ese dinero con un propósito que no trascendió. Esto es lo que el damnificado le relató este miércoles a la fiscal de la unidad de Investigación y Juicio Gisela Paolicelli, quien tomó la riendas de la investigación. 

Una versión no oficial a la que Rosarioplus.com tuvo acceso indicó que el hombre se dirigía a ese edificio a realizar una operación financiera con esos dólares y que en circunstancias todavía no establecidas el hombre de la gorra se apoderó del portafolios con el dinero, pero con persuasión y sin violencia. El contacto del timador con su presa fue breve. El hombre de la gorra se colgó el portafolios al hombro, giró y se alejó caminando en dirección a la plaza Pringles. Mientras, C. quedó solo en la peatonal, en medio del tránsito habitual de personas ajenas al formidable robo que acababa de suceder frente a sus narices.

La denuncia finalmente recayó en el despacho de la fiscal Paolicelli, quien ordenó a la Policía de Investigaciones medidas para hacerse de las llamadas entrantes a la línea de Alfredo C., y revisar las imágenes captadas por las varias videocámaras de seguridad que hay en esa cuadra. Por ahora, el caso no tiene imputados.