El fiscal Fernando Dalmau, de la Unidad de Investigación y Juicio, imputó a nueve personas por integrar una banda que realizaba estafas millonarias con la compra y venta de autos en diferentes agencias de la zona oeste de la ciudad. Aunque la investigación avanzó con celeridad para desarticular la asociación ilícita, el líder de la organización, que ya tenía pedido de captura por otra causa similar en la capital provincial, sigue prófugo desde el año pasado. Y en la audiencia de este lunes se ventilaron rasgos de singular personalidad del fugitivo. 

“El líder es uno de los prófugos y tiene pedido de captura internacional desde marzo de 2023, por la Fiscalía de Santa Fe”, remarcó Dalmau, a la hora de brindar detalles sobre la audiencia imputativa que finalizó este por la tarde, con el envío a prisión preventiva de todos los acusados.

Según precisó el fiscal, el cabecilla de la banda se llama Alexis Leonel Guarda, de 37 años, pero en Rosario se lo conoció con el seudónimo de Rodrigo Dip o Dipporio. “Comandaba toda la organización, decidía quién trabajaba o no para él, elegía los autos que se recibían e indicaba cómo modificar las contrataciones originales”, señaló Dalmau.

"Cuando lo ves no parece lo que es", comentó una ex empleada de la concesionaria de Guarda, en diálogo con RosarioPlus.com. Según comentó la mujer, el prófugo tiene un tatuaje en el cuello, con una R y una coronita arriba, y es “bien parecido, un muchacho joven”. 

Mientras estuvo al frente de asociación ilícita en Rosario, Alexis vivió sólo en un departamento de Cerrito al 1200, en barrio Abasto, donde consumía comida chatarra y casi no mantenía las condiciones mínimas de higiene, comentó la fuente, que lo conoció de cerca. “Tiene una ex mujer y una nena de seis años que la traía una vez cada quince días”, comentó la joven, y remarcó que intentaba tapar su falta de contacto con la menor con ostentosos regalos. A la par de este accionar, Guarda mantenía deudas con empleados y clientes de su agencia de autos.

Sobre los reclamos de los damnificados, la ex empleada señaló que casi todos los días se presentaba algún cliente para hacer un reproche y eran atendidos por los vendedores, ya que “Rodrigo nunca daba la cara”. “Siempre le reclamaban a los vendedores, que no tenían nada que ver”, indicó.

Antes de arribar a Rosario, Guarda era el titular de la firma Vendo tu Auto, la cuál quedó envuelta en una causa judicial por múltiples estafas a clientes de Santa Fe, en 2022. En dicha causa, fueron imputadas siete personas como miembros de la asociación ilícita, y la mayoría ya acordó condenas en juicios abreviados. Ambos casos tienen un modus operandi similar, y en los dos el líder de la banda pudo evadir la Justicia.

Nueve imputados en Rosario

En la audiencia imputativa que comenzó el pasado jueves y finalizó este lunes, fueron imputados  Andrés A. (asociación ilícita y coautor de estafas reiteradas en 25 hechos), Roberto P. (asociación ilícita y estafa en nueve hechos), Walter R. (coautor de estafa en once hechos), Nelson Ugolini (asociación ilícita y estafa por seis hechos), Maximiliano A. (coautor de estafas en un hecho), Leandro J. (coautor de estafas en ocho hechos), Diego G. (estafa por dos hechos), Fernando R. (coautor en tres hechos) y Camila Mendoza (asociación ilícita y coautora de estafas en 32 hechos y amenazas simples como autora).

En el caso de Ugolini, el ex empleado del MPA integró la asociación ilícita como miembro. "No era un mero asesor letrado, sino que formaba parte del grupo”, indicó Dalmau y agregó: “Se le han atribuido hechos concretos de estafas e intimidaciones”. “Además, ofrecía servicios a los damnificados para desviar los reclamos hacia terceras personas y proteger a la cooperativa”, puntualizó el fiscal.

“La organización tenía el andamiaje jurídico de una cooperativa (que había sido formada por Ugolini), que fue cambiando de lugar; inició en Pellegrini al 3100, se mudó a Independencia al 3200, y después a Pellegrini al 4800”, señaló el funcionario judicial. “Aprovecharon el local al público para captar vehículos que mayormente se ofrecían en redes sociales y daban la posibilidad de venderlos en la cocesionaria a un precio similar al que estaban pidiendo. En la confianza que daba la constitución de una persona jurídica, atención al público con varios vendedores, la gente dejaba sus vehículos y en muchos casos no se le abonó el dinero por la venta”, detalló.

Hasta el momento, se estima que la estafa sería de al menos 150 millones de pesos.