El viejo altillo y un hallazgo que emociona
La historia de un descubrimiento que alcanza a la secretaria de Derechos Humanos de la provincia en una fecha especial
Este 4 de diciembre se cumplieron 44 años de la desaparición de Victorino Puyol, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) que había nacido en Santa Fe, aunque aquel hecho se dio en Córdoba y de madrugada. Poco antes, en marzo de 1975, ya habían detenido a su compañera de militancia y madre de sus tres hijas, Stella Marys Garategui. Sus nenas tenían 9, 8 y 6 años. La más grande de las tres es Lucila, actual Secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe.
Para ella, el aniversario llegó en un momento especial. Es que hace apenas días, llegaron a sus manos archivos sobre la detención de su mamá, que aparecieron por azar en una vieja casona de la capital provincial, que había funcionado como dependencia de la policía.
Todo comenzó cuando un joven que decidió alquilar una casa antigua en Santa Fe se dio cuenta de que en el altillo había un montón de papeles viejos. “Pero lleno hasta el techo, casi que no se podía abrir la puerta”, relató Puyol a Rosarioplus.com . En lugar de dejarlos en un container o en la basura, el flamante inquilino los revisó y advirtió que se trataba de documentación policial que va de los años 1960 a 1990.
“Es valorable la responsabilidad civil que tuvo este muchacho, que podría haber tirado las carpetas en el lugar de contactarnos a nosotros”, reflexionó la funcionaria.
Con el hallazgo se activó el protocolo habitual. “Como la documentación parecía estar relacionada con nuestra órbita de actuación, el 10 de noviembre fuimos a la casa con Valeria Silva, de la Dirección provincial de Memoria, Verdad y Justicia. También asistió al Fiscal Federal, Martín Suárez Faisal. Cuando constatamos la existencia de los archivos, se decidió que el material nos iba a quedar en custodia. Y después nos comunicamos con Protección Civil, que tiene la logística necesaria para trasladar la documentación, que estaba en estado de abandono. Lo primero que se hizo fue separar todo lo que correspondía al período de la dictadura. Esa parte fue al Espacio de Memoria para trabajar en su clasificación e incorporarlo al Archivo Provincial de la Memoria. La de los otros años, se embolsó aparte y se informó al Ministerio de Seguridad de la provincia".
Al empezar a revisar los materiales que van de 1976 a 1983, trabajo que llevará varios meses, apareció un dato de fuerte carga emotiva para la actual titular de Derechos Humanos. “Verificamos que hay carpetas de lo que se llamó Libertad Vigilada, de los que han sido presos políticos de la dictadura, con datos personales de quien había estado detenido y también toda de su familia. Encontramos, entre otras, la carpeta de Victorio Paulón y de Elsa Esplendiani, dirigentes sindicales reconocidos de la UOM Villa Constitución y de ATE. Pero también apareció la ficha de mi mamá, Stella Marys Garategui de Puyol ”.
Así, este hallazgo de unos viejos papeles y alguien que decide no tirarlos, terminó siendo el puntapié para seguir rearmando más pedacitos de memoria, de una familia como los Puyol Garategui, que sintetiza de algún modo la historia política argentina de los últimos 45 años. La pareja de militantes santafesinos se fue a estudiar a La Plata y allí nacieron sus hijas. A fines de los ‘60, fueron parte de las luchas estudiantiles contra la dictadura de Onganía. Él fue detenido y terminó en la cárcel de Trelew, de la cual fue liberado por Cámpora al asumir en el ‘73. En tiempos de la Triple A, fue detenida ella.
Lucila Puyol tenía 8 años cuando se llevaron a su madre, que estuvo detenida hasta noviembre de 1980. Cuando salió del Centro Clandestino de Detención estuvo un año con “libertad vigilada”.
Puyol relató a este medio lo impactante del hallazgo desde el lado personal: “Al propio hecho de encontrar estas carpetas, que es muy valioso en sí mismo, se le agregó este dato. Y sí, es fuerte. Mi mamá está fallecida. A mi papá sabemos que lo mataron cuando lo desaparecieron, pero nunca nos devolvieron su cuerpo. Por su caso hubo un juicio en Córdoba, que se inició casualmente también un 4 de diciembre, pero de 2012. Duró cuatro años y se conoció como la megacausa de La Perla, por el nombre que tenía el Centro de Detención del Tercer Cuerpo del Ejército. Y se buscó saber el destino de unas 600 víctimas”.
Cuando expresó como testigo en aquel Juicio, Lucila definió a su papá como “un militante comprometido que creía en una sociedad igualitaria y que nos enseñó a pensar un mundo mejor y más justo para todos. Creía en un pueblo revolucionario y organizado y por eso luchó y vivió. También por eso lo mataron ”. Puyol tiene 52 años. Soportó de muy chica la detención de su madre, el asesinato y desaparición de su padre. Pidió justicia por ellos y marchó por los 30 mil. Y ahora, por azar, le toca como funcionaria ser la responsable de cuidar este valioso material que será un aporte a la construcción de la memoria, del país y de ella misma.