Tuvo fallas como arquero que le costaron puntos y después la categoría, a aquel lejano Rosario Central del año 2010 dirigido por Cuffaro Russo. El ex presidente Horacio Usandizaga y su hijo Manuel fueron los que quedaron en el centro de la escena, pero Galíndez, por ser el arquero y tener una mala salida en el primer gol de All Boys también quedó muy marcado aquella tarde del 23 de mayo.

Digo lejano Rosario Central porque pasaron 14 años del descenso auriazul y desde allí todo cambió. Tanto para Hernán Galíndez como para la institución de Barrio Arroyito. Fue tocar fondo y resurgir. Cuando el Gigante rosarino logró el ascenso en 2013 todo lo que vino fue mejor: dos nuevas estrellas en el escudo y la marcada distancia +18 conseguida en el historial de los clásicos de la ciudad.

Después de los 3 puntos que el Globo se llevó desde Rosario hacia Parque Patricios, el arquero de 37 años declaró en la Zona Mixta del estadio ante un reportero de TyC Sports: “Me tocó estar en un momento muy duro de Central, pero jugué desde los 10 años hasta los 23 y hoy después de 14 años vuelvo a jugar aquí. Me dolió porque era jugador e hincha de Central”.

Galindez en aquella jornada triste que lo marcaría a fuego para toda su vida. (Fotografía: La Capital)
Galindez en aquella jornada triste que lo marcaría a fuego para toda su vida. (Fotografía: La Capital)

Mientras la declaración avanzaba la voz de Galíndez se resquebrajaba y un oscuro brillo asomaba por sus ojos: “En su momento pensé hacer una locura, cualquier cosa, fue duro para mi vida, pero después de haber pasado eso, hoy puedo soportar cualquier cosa”, declaró el buen arquero, al mismo tiempo que se sacaba de encima palabras y sentimientos que tenía depositados dentro suyo desde hace tanto tiempo.

“El tiempo pone las cosas en su lugar” dice una frase hecha de autor desconocido y en este caso cabe a la perfección. Al Hernán Galíndez de 23 años, como a la mayoría de arqueros de esa edad, aún le faltaban varios años para la responsabilidad de ser arquero titular de un equipo de primera división del fútbol argentino. Fatu Broun se había lesionado en noviembre de 2009 ante Atlético Tucumán y la dirigencia de Usandizaga no reforzó el puesto de arquero, sino que le tiró el fardo al pibe de abajo.

Hubo impericia en la decisión deportiva. Galíndez tenía condiciones, no le dieron la confianza a cualquiera. El momento era el equivocado. No se pone a los jóvenes a pelear descensos, y menos a un arquero, con la responsabilidad que tiene ese puesto. “Después de haber pasado eso hoy puedo soportar cualquier cosa”, contó el arquero, que fue víctima de aquellas malas decisiones deportivas y quedó injustamente en el ojo de la tormenta.