Salen gomeras entra "El Piojito Silbón", una lectura para cuidar nuestras aves
Esta semana se aprobó en el Concejo el proyecto que prohibe la comercialización y fabricación en la ciudad de jaulas trampa y gomeras con el fin de proteger a los pájaros. Desde la revista para niños “El Piojito Silbón”, desde hace años promueven este tipo de proyectos e invitan a los más chicos a sumarse a la observación y cuidado de nuestras aves.
La aprobación en el Concejo del proyecto que prohibe la comercialización y fabricación en la ciudad de jaulas trampa y gomeras con el fin de proteger a los pájaros, puso en agenda el cuidado y el respeto de las diferentes especies de aves, silvestres y urbanas, que habitan Rosario. “El Piojito Silbón”, una revista para grandes y chicos, desde hace un par de años encara la tarea de motivar la interacción de sus lectores con la naturaleza del lugar de donde viven. Además de la publicación periódica, desde su página online invita a sus lectores a la observación de las aves, proveyéndolos de recusros pedagógicos y estimulando la ciencia ciudadana.
La revista, en formato A5, a todo color y sin publicidades, nació en el centro provincial, en la ciudad de Esperanza, y es llevada adelante con un equipo de redactores ambientalistas de todo el país. A sus notas, que abordan cada una de las regiones del territorio nacional, se le suman entreviestas específicas a investigadores o gestores ambientales que realizan importantes tareas de conservación. Las ilustraciones aportan una dimensión estética única, porque también se aprende por los ojos, y completan cada entrega.
En diálogo con Rosarioplus.com Pablo Capovilla y María Zeta, directores de la revista, contaron los detalles de cómo surgió la publicación en plena pandemia, cómo la llevan adelante, cuál es la interacción con sus lectores y cuál es el enfoque que tratan de sostener.
“Somos parte de la naturaleza, parte de un Todo
que tenemos que cuidar y mantener en equilibrio”
Pablo, es guía intérprete de naturaleza en la reserva natural urbana oeste de la ciudad de Santa Fe, colaborador de Aves Argentinas, la ONG dedicada a la conservación de las aves y sus ambientes, y desde la revista apuntala estas tareas. Más allá de todas las actividades en las que se involucra le gusta presentarse como “un observador de aves”. “Es mi hobby, es lo que me abrió la puerta a conocer este mundo de la naturaleza, lo que me rodea. Lo que me ha hecho conocer un montón de personas y lugares increíbles. Es lo que más disfruto. Vaya a dónde vaya es como me presento: yo soy un observador de aves”.
Pero observar no se trata tan sólo de mirar. “Conocer nuestra fauna, no es solo ver, también es escuchar. Eso es muy importante en la observación de aves”, afirma Pablo. Ver y escuchar lo que nos rodea.
María por su parte es la que le pone color e imágenes a la revista. La ilustradora maga de una publicación que rinde culto a los pájaros. Ella asegura que las aves son “una ventana a todo el conocimiento de la fauna”. “Están por todas partes, es la especia más fácil de observar y a partir de ellas conectar con todo el ecosistema del que somos parte”, suma.
– ¿Cómo surge la revista El Piojito Silbón?
– Pablo Capovilla: El Piojito Silbón surge en plena pandemia, época en la que se puso en evidencia el problema del tráfico ilegal de fauna, con los efectos sobre la salud de la población que puede generar, los desmontes y las quemas en la región. Ante esto, con mi compañera María Zeta, que es una diseñadora e ilustradora increíble y es quien tiene experiencia en publicaciones, observamos la falta de material didáctico para la educación ambiental local. Lo que suele pasar es que sabemos un montón de la jirafa, el elefante, el león, pero no hay tanto material sobre la fauna autóctona para aplicarlo en las aulas, en el club de ciencias o en el museo y de este modo ir motivando un interés por lo que nos rodea. Con estas inquietudes nació El Piojito Silbón, que es como se llama un pajarito muy chiquitito que habita el litoral argenitno. Tiene un canto hermoso que parece una risa. Esta ave no es muy conocida y por eso el nombre, fue un modo de darle publicidad.
– Además de la revista impresa ¿que otras piezas para la difusión de nuestra fauna pensaron?
– María Zeta: El Piojito Silbón como revista también tiene un soporte muy importante que es la página de internet www.elpiojitosilbón.com. En ella están los enlaces a nuestros perfiles en distintas redes sociales en donde vamos compariendo información, además de mucho material gratuito para descargar, como notas y juegos. También en la página hay información y actividades que tienen que ver con la revista. Y una tienda online en donde se encuentran con distintos productos que apuntana la concientización sobre el cuidado, respeto y disfrute nuestro ambiente. Hay juegos, rompecabezas, guías de aves… Material que solemos crear para la revista y nos aparece el deseo de tenerlo también en otros formatos, como postales para pintar, stickers. Distintos productos que también nos ayudan a sostener económicamente la revista, ya que la inflación actual ha golpeado particularmente al mundo editorial con un aumento del 400% del papel. La verdad que los comunicados de la Cámara Argentina del Libro duelen porque observamos una situación muy compleja. Los diferentes productos ayudan a que podamos mantener el proyecto vivo.
– Hay una sección específica de ética y ciudadanía en la revitsa. ¿De qué se trata?
– P.C.: En esta sección se encuentra, entre otras cosas, un modelo de ordenanza para la prohibición de venta de tramperas y pega-pega (similar al aprobado recientemente en la ciudad), del que se pueden servir concejales de distintas ciudades para llevarlo adelante. Este tipo de ordenanza fue aprbada en San Cristobal, Santo Tomé, Reconquista. Celebramos también que algo similar se haya hecho en Rosario ya que estas herramientas que a simple vista parecen un divertimento más, son en realidad la punta de lanza de algo mucho más grave. Si bien suelen no estar prohibidos para la venta, son instrumntos usados para atrapar aves vivas y luego introducirlas al mercado ilegal de fauna. Desde El Piojito tratamos de brindar pequeñas herramientas que ayudan a cambiar la realidad.
– ¿Tienen interacción con sus lectores?
– P.C.: Con los siete números de la revista logrados en estos años, El Piojito nos ha dado muchísimas alegrías. La interacción con los lectores es constante. A través de las redes sociales los más chiquitos nos hacen llegar sus dibujo y hasta a veces nos mandan dotografías de aves que no conocen para que identifiquemos y charlemos un ratito. O nos suelen enviar fotos de cómo hicieron las actividades prácticas propuestas por la revista, como hacer la casita para pajaritos, la casita para golondrinas o los comederos y demás. Esa interacción constante de nosotros nos da pilas y nos suma para seguir adelante. Y también hay una interacción muy linda con los distribuidores, gente que se fue sumando a vender la revista en sus ciudades. También esa interacción nos hizo conocer un montón de personas, conocer muchos nuevos amigos y amigas. La verdad que el piojito abrió muchas puertas, abre muchas puertas y va a abrir seguramente muchas puertas de acá en adelante. Por ejemplo, tenemos una relación muy linda con la ONG Aves Argentina que ni bien sale un número nos compra una gran cantidad para enviársela a todos sus pequeños socios, pequeños naturalistas socios.
– Además de aves se han sumado otras especies. ¿Cómo fue esta decisión y si está la idea de sumar algo más o se quedan por los aires por el momento?
– M.Z.: Si bien el eje está puesto en las aves, la introducción de otras especies se fue dando sola, por el enfoque mismo. Nos parece importante no hablar de las especies de manera aislada, sino que podamos entender la intedependencia de todo en la naturaleza. Es importante que trasmitamos que cada ser tiene un rol y ese rol es importante. De este modo planteamos notas sobra la polinización y la función que cumplen las aves en esta tarea, también de la vida que se desarrolla en un árbol en descomposición, entre otros aspectos. Nos parece fundamental decir que todo está relacionado y que es importante que ese equilibrio se sostenga para la vida en nuestro planeta.