__tadevel:head__

La Justicia italiana ha pedido este viernes cadena perpetua para el jefe de la mafia siciliana (Cosa Nostra), Matteo Messina Denaro, prófugo desde hace más de dos décadas, al que considera uno de los responsables de los atentados de los jueces Paolo Borsellino y Giovanni Falcone en 1992. Vive en la clandestinidad desde 1993, pero continúa manejando los hilos de Cosa Nostra mediante una red de colaboradores.

Así lo ha pedido el fiscal de Caltanissetta, Gabriele Paci, ante el Tribunal Penal de esta ciudad siciliana tras argumentar que Messina Denaro "fue el primero en participar en los intentos de asesinato de Paolo Borsellino y Giovanni Falcone, enemigos históricos de Cosa Nostra".

En su opinión, la decisión de matar a los dos jueces "no fue un hecho aislado, sino que estuvo enmarcado dentro de una estrategia de masacre en la que Matteo Messina Denaro participó con conciencia, dando su consentimiento, una disponibilidad total de su persona, de sus hombres y de su territorio al plan" orquestado por Totò Riina, el "capo de capos" de la Cosa Nostra, fallecido en 2017 a los 87 años.

El fiscal habla de "dedicación total" de Messina Denaro a este plan y le describe como "el fruto podrido de lo que fue Totò Riina".

Messina Denaro ya fue condenado en Italia a cadena perpetua por los atentados de 1993 en Florencia, Roma y Milán en los que murieron diez personas, pero nunca ha sido juzgado por las bombas que quitaron la vida a los magistrados Falcone y Borsellino.

El 23 de mayo de 1992, el juez Falcone fue asesinado en un atentado en la autopista de Capaci, cerca del aeropuerto de la capital siciliana, Palermo, junto a su esposa y tres miembros de su escolta.

El juez Borsellino falleció el 19 de julio de 1992, con la explosión de un coche bomba detonado cuando iba a ver a su madre en la Vía D'Amelio de Palermo. Murieron también cinco agentes de su escolta.

Messina Denaro es el criminal más buscado de Italia por sus múltiples delitos y es considerado el heredero de Cosa Nostra tras la detención de Bernardo Provenzano en abril de 2006. EFE