Este jueves estrena “Un crimen argentino”, basado en el resonante asesinato del comerciante rosarino Jorge “Chiche” Sauan en el centro rosarino allá por 1980. Su avant premiere nacional fue acá mismo, en la ciudad donde ocurrió todo. La película se podrá ver desde este jueves 25 de agosto en los cines comerciales de la ciudad y del país.

"Un crimen argentino" es la primera megaproducción de un film en Rosario como set, bajo la producción de Warner, HBO, Particular Crowd, Mediabyte y Pampa Films. En la avant, dialogaron con Rosarioplus.com el director del film Lucas Combina, el reconocido productor rosarino Juan Pablo Buscarini, los actores protagonistas Nicolás Francella y Matías Mayer, y el autor de la novela Reynaldo Sietecase. 

“Sin cuerpo no hay delito”, entendió el autor del crimen real en este thriller que tiene el condimento de la historia rosarina, con la desaparición del acaudalado empresario en pleno marco de la dictadura cívico militar. La investigación es liderada por dos jóvenes secretarios de un juzgado de instrucción (Mayer y Francella), pocas semanas antes que uno de ellos se vaya a vivir a España y a pocos días de la Nochebuena. En una carrera contra el tiempo, los juristas buscarán resolver prolijamente el caso, presionados por la cúpula policial represora y sus métodos. Entre las locaciones rosarinas se destacan el Palacio de Los Leones de color gris como era en los años ’80, la plaza Santos Dumont, los Tribunales, el Pozo de la ex Jefatura de Policía hoy sede del gobierno provincial.

La película es la ópera prima de Combina, realizador de origen cordobés, que se mostró emocionado y “con mucha expectativa de lo que digan los rosarinos, porque es mi primera película como director y es una historia de acá”. Destacó que en la producción hubo porteños y cordobeses pero mayoría de rosarinos: “Gracias a Buscarini, un 80% de los técnicos eran rosarinos. Lo mismo con el elenco. Se hizo casting acá y son muchos actores los que participaron. El cine es un montón de tareas mancomunadas para que se pueda entender la historia”.

“Cuando escribí el libro hace 20 años, entendía que las sociedades también se definen por su modo de matar, y la desaparición de personas en Argentina es una marca muy potente. El juego que construí del personaje de Grandinetti (como Juan Carlos Masciaro), y ficcionalicé, fue una historia de su adolescencia con una desaparición y muerte como móvil personal”, dijo el autor de la novela homónima, el periodista y escritor rosarino Reynaldo Sietecase.

La película es producida por Juan Pablo Buscarini, guion a cargo de Sebastián Pivotto, Jorge Bechara, Matías Bertilotti, y “la película estuvo por filmarse tres veces, pero finalmente se concretó el año pasado tras la pandemia”, precisó Sietecase, artífice de la investigación periodística sobre el asesinato de Sauan, que luego fue novela ficcional.

Según el propio autor, “es un sueño que se haya realizado a 20 años de mi novela y 40 del hecho. Es un gesto muy lindo que la avant premiere se haga en Rosario. Me da una alegría enorme. Fueron grandes actuaciones, con la esencia de la historia muy respetada y con diferencias ficcionales en la novela”.

El excepcional elenco es protagonizado por Nicolás Francella (como Carlos Triglia), Matías Mayer (González Rímini), Malena Sánchez (personaje ficticio de empleada del juzgado), Luis Luque (como el juez Jorge Juárez), Alberto Ajaka (como un jefe policial), Pablo Tolosa (Chiche Sauan), Rita Cortese (personaje feminizado del químico policial Eduardo Gobby), César Bordón (como el jefe de la UR2 Jorge Moore), y la participación especial de  Darío Grandinetti (como el enigmático asesino Juan Carlos Masciaro). Entre los actores locales se encuentran Luis Rubio, Héctor Molina, Lala Brillos, Miguel Bosco, Roberto Moyano, Juan Nemirovsky y Romina Tamburello.

Protagonistas de un thriller en plena dictadura

Los protagonistas Matías Mayer y Nicolás Francella casi no llegan al avant premiere del pasado jueves porque un incendio en la rueda de un avión les postergó el arribo varias horas. A mediatarde de ese día, recién llegados y sin almorzar, relataron a Rosarioplus.com su experiencia en el set local.

“Buscamos vaciarnos de la historia que ya teníamos contada y procesada, para sorprendernos con el público a medida que investigaban los personajes”, recordó Mayer, sobre la construcción del personaje. Francella reconoció no haber hecho antes películas de thriller judicial, y confesó: “Los policiales siempre son temas que me resultan ajenos, así que fue una experiencia totalmente nueva para mí. Los dos personajes están en momentos clave de sus vidas, y el personaje de Matías está plantado con más seguridades que el mío”.

Una de las escenas más resonantes fue un operativo para dar con el asesino, que sería en Laurak Bat, y sobre esto Francella aseguró: “Fue buenísima esa filmación, mucha gente, muchas horas. Y ahí, en el vínculo con su compañera, le dio credibilidad al personaje sobre su vida privada más allá de la historia del crimen”.

Recordó que ambos presenciaron una de las escenas más difíciles y crudas: “Presenciamos la filmación de las torturas, y se sentía la pesadez en la interpretación que ellos hicieron. Cuando se escucha el silencio es lindo, fue un momento de mucho impacto”.

El artífice Buscarini

Quien logró que este film haya sido realizado es el reconocido cineasta y productor Juan Pablo Buscarini, nacido en Rosario, y que desde hace unos 40 años no filma en su ciudad. “Venía de filmar para Star+ en Colombia, viví haciendo cosas afuera, y volver para filmar a la vuelta de casa y con los afectos fue muy lindo. Me encanta que acá haya una escala muy fácil de llegar de locación en locación, algo imposible en Buenos Aires, y los actores no lo podían creer. Se iban de filmar en la Jefatura y venían caminando al hotel felices”, reflexionó con este medio.

La ambientación de hace 40 años fue difícil y está muy cuidada, en el vestuario y escenografía, y para Buscarini “fue un desafío elegir bien los lugares porque la ciudad cambió mucho su fisonomía, y conseguir los autos en buen estado con coleccionistas fue difícil”. La película fue filmada totalmente en Rosario, y “de mil planos, sólo 150 tienen retoque digital, por lo que es casi todo filmación y montaje. Las tomas en el Palacio de los Leones hicimos el efecto en color gris claro como era esa época, pero, más que desaparecer algún aire acondicionado del juzgado, no hubo muchos más retoques ”.

El productor también destacó el contexto de la historia, un detalle nada menor. “El crimen ocurrió en la etapa tardía de la Dictadura. Ya había ocurrido el Mundial y mermaron las desapariciones, pero antes de la decadencia que devino en la guerra de Malvinas. Era un tiempo de cierta comodidad, con una economía controlada que daba tranquilidad. La idea de un secuestro incomodaba porque no querían que pareciera un caso del Estado”, explicó.

Buscarini tenía 18 años recién cumplidos cuando ocurrió el crimen de Sauan, y llegó a conocerlo en la noche rosarina: “Era salidor y te lo encontrabas en las barras. Me acuerdo de cuando desapareció y pasaba el tiempo que no se sabía nada, y la idea que dijo Masciaro del supuesto autosecuestro pero que en realidad el tipo se fue a otro país”.

También recordó que tenía el film "entre ceja y ceja" desde hace casi 20 años, de cuando Reynaldo ya había sacado su novela. “Nos juntamos en mi casa a ver el clásico rosarino y me contó cómo investigó y reconstruyó la historia ficcionalizada. Yo recordaba bien el caso y le dije que acá hay una gran película. Pero en los tiempos del cine no era tan fácil conseguir una producción así, que es por arriba del costo promedio de una película. Tenía que esperar su momento, y fue ahora, pospandemia”.