8M: los entretelones de la Campaña por el Aborto durante el año de pandemia
Entrevista a la abogada feminista Susana Chiarotti en torno a la lucha que desembocó el año pasado en la sanción de la Ley de Interrupción Legal del Embarazo.
En el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras cabe destacar el trabajo ininterrumpido de la Campaña Nacional por el Aborto Legal tras un año de esfuerzos por varios frentes para que la Ley del Aborto, razón de ser de esta gran red, haya sido proclamada, debatida y promulgada en el territorio nacional.
La abogada especialista en derechos humanos, violencia contra la mujer y políticas públicas Susana Chiarotti es reconocida internacionalmente. Ella es miembro fundadora de la Campaña, pensadora incluso junto a otras referentes, del pañuelo verde, creado en un Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, allá por el año 2003.
Rosarioplus.com indagó en los entretelones, las estrategias reformuladas de la Campaña por el derecho a decidir, cuando en marzo pasado debió salir de las calles por la pandemia del coronavirus, para barajar y dar de nuevo de cara a un claro y único objetivo: que la Ley de la Interrupción Legal del Embarazo fuera ley antes de fin de año.
“Hubo mucho trabajo de contacto por teléfono, por Zoom, Skype, y los medios que te dan ahora las tecnologías de la información. Estar en la calle ya no podíamos, y eso disminuía nuestra capacidad. Debíamos inventar nuevas formas de presionar al Estado para que se garantizara la autonomía reproductiva”, recordó Susana sobre lo que ocurría casi un año atrás.
Uno de los factores de presión que tenía la Campaña era la promesa con la que el presidente Alberto Fernández buscaba ser elegido y erigido. A eso se sumaba que “si no se aprobaba ese año, se iba a dificultar, ya que en un año electoral nadie discute el aborto. Lo aprendimos por haber presentado siete proyectos de ley antes de éste. Entonces había que acelerar para que se sancione”.
En pleno encierro total del ASPO, la Campaña no dejó nunca de reunirse, con las más de 700 organizaciones y miles de activistas del país. “Se fue sumando gente joven de colegios secundarios y de pueblos pequeños, que la efervescencia quedó a pesar de la pandemia. Es que en 2018 recuerdo que las adolescentes y j+ovenes salieron debajo de las baldosas, y quedaron motivadas. En cada pueblo se armaba grupos de pañuelazos aunque sean pequeños”.
Desde Campaña nacional se diseñan las estrategias para Facebook, Twitter, correos electrónicos, se reparten consignas y afiches, y eso ocurrió en cada provincia y pueblo. Incluso hubo reuniones presenciales siguiendo protocolos con distancia, barbijos y alcohol. “Se fortaleció lo construido en las redes que teníamos creadas desde tiempo, y eso fue una construcc social exitosa porque consiguió el objetivo que tenía”, reflexionó.
En torno a cómo observaba al Gobierno Nacional, Chiarotti resaltó: “Esta gestión puso una ministra que estaba totalmente comprometida con la ley. El presidente también estaba comprometido y lo lanzó como promesa de campaña. Asesoras feministas del presidente, la secretaria legal y técnica Vilma Ibarra está en el equipo que lo redacta, tenían insumos de gente que está en el Ministerio de Salud, y de la Campaña, no era improvisación”.
De esta forma, asegura que “trabajaron un proyecto muy cuidadoso que no pudiera ser rechazado por los sectores conservadores y fundamentalistas que estaban con uñas y dientes hasta último momento, y se trabajó paralelamente la Ley de los mil días”.
El presidente no quería impulsar un proyecto que fuera rechazado, y por eso tuvo mucha cautela: “Iban contando los números de apoyo en el Congreso, y no querían arriesgarse a una derrota por lo que pudiera significar a la continuidad de su gestión. Con esa cautela y nuestra presión se terminó de resolver por lanzarlo”.
Chiarotti aplaudió el proyecto en paralelo de los Mil días: “Si una mujer quiere tener un hijo, que la pobreza no sea un obstáculo. Si aborta que no sea por causa de pobreza sino por decision propia por deseo. En mi opinión el Gobierno sacó estas dos leyes para contener a los sectores conservadores que decían ‘ayudemos a las mujeres a criar a sus hijos y no obliguemos a las pobres a abortar’. Mientras nosotras decimos siempre que, seas pobre o seas rica, si no querés no vas a tener un hijo, porque se da en todas las clases sociales”.
Ahora que la ILE fue promulgada y es ley, desde la Campaña piensan reformular y canalizar toda esa fuerza en la prevención de la violencia y los femicidios para seguir ampliando derechos, y el objetivo ahora es que se apruebe la Ley llamada Ni Una Menos.