El Gobierno comenzó a dar señales más claras sobre la inminente implementación de un nuevo esquema cambiario. Esto ocurrió después de anunciarse este jueves la extensión por un año del tramo activado del swap con China, por un monto de 5.000 millones de dólares.

La noticia fue comunicada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que explicó que el entendimiento con el Banco Popular de China (PBOC) permitirá seguir utilizando esos fondos hasta mediados de 2026.

En su comunicado oficial, el BCRA señaló que esta extensión contribuye a “reducir los riesgos” durante el proceso de transición hacia un sistema cambiario y monetario “coherente y sostenible”, en un contexto internacional complejo para la entrada de capitales.

De acuerdo con lo que informó la agencia Noticias Argentinas, este tipo de lenguaje fue interpretado por los especialistas del mercado como un adelanto del próximo régimen de flotación administrada con bandas, el cual podría anunciarse próximamente junto con el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las primeras versiones periodísticas indican que el Ejecutivo se prepara para implementar un nuevo tipo de cambio mayorista, que oscilaría entre los 1.100 y 1.300 pesos, reemplazando así el actual esquema de microdevaluaciones diarias conocido como crawling peg. También se eliminaría el dólar blend, lo que permitiría al BCRA quedarse con la totalidad de las divisas que liquida el sector agroexportador, justo cuando comienza la temporada alta de cosechas.

Con este sistema, el campo recibiría un tipo de cambio más alto para vender sus productos. Aseguran que van a liquidar todo. El Banco Central, entonces, podrá acumular reservas y participar activamente en el mercado financiero.

El incentivo de un tipo de cambio más competitivo, sumado a una baja temporal en las retenciones, ya genera expectativas de un mayor volumen de ventas.

Sin embargo, algunos economistas alertan sobre un posible repunte de la inflación, ya que la suba del dólar podría trasladarse a precios regulados como los de la electricidad, el gas y los combustibles, todos influenciados por la cotización oficial.

Aunque desde el Gobierno evitan referirse a una devaluación, en la práctica este nuevo sistema significaría un aumento de hasta el 20% en el tipo de cambio oficial mayorista, que actualmente ronda los 1.076 pesos. El anuncio oficial se espera una vez que se confirme el nuevo acuerdo técnico con el FMI.