El gobierno nacional apuesta a los dólares de viajeros e importadores para pasar el verano
El gobierno de Javier Milei especula con el comportamiento que tienen los ahorristas argentinos y avanza con decisiones que pueden facilitar (transitoriamente) la actividad de particulares y empresarios. Durante los últimos días analizaron lo que puede llegar a ocurrir con el turismo en el exterior y con las importaciones.
Tal como ocurrió a lo largo de este año, con familias que cumplieron el deseo del ministro Luis Caputo y recurrieron a sus ahorros para pagar tarifas, ahora apostarán por un proceder similar de aquellos que vayan a vacacionar a países limítrofes o de quienes tienen una empresa y tengan que pagar un producto proveniente del exterior.
Desde el Ejecutivo ya admitieron que el Impuesto Pais tiene fecha de vencimiento a fin de año, incluso para los gastos con tarjetas. Esto llevaría la cotización actual de denominado Dólar Tarjeta de $1.600 (aprox.) a $1.300. Pese a la creciente demanda para veranear en el exterior, el gobierno no considera la situación como una amenaza a las reservas.
Esto último está vinculado a que, desde el gobierno calculan que la mayor parte de los gastos para veraneo estarán financiados con dólares que las familias tienen ahorrados. Esta alternativa, a diferencia del dólar tarjeta, no insume divisas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Según estimaciones de la entidad monetaria, en la actualidad la mitad de los gastos de argentinos en el exterior se hacen con dólares propios, entre ellos comprados en el mercado MEP, y la otra mitad con dólar tarjeta. Este cálculo traería algo de alivio a las arcas nacionales, ya que en septiembre el déficit turístico fue de casi 700 millones de dólares, y esperan se duplique para diciembre y enero.
Otro de los cálculos que hacen en Casa Rosada en medio de este avance desregulatorio y de apertura importadora, es que muchas empresas cuentan con dólares propios para afrontar compromisos con el exterior.
Por eso, hace algunos días el BCRA estableció que se podrán realizar pagos a la vista (es decir, contra embarque) y/o pagos diferidos (es decir, contra la nacionalización del bien) y/o pagos anticipados de bienes de capital con dólares propios del importador depositados en cuentas bancarias locales.
Asimismo, la norma establece que podrán realizarse pagos de servicios a contrapartes del exterior no vinculadas sin necesidad de observar el plazo de 30 días actualmente vigente, sujeto a que el pago se haga con dólares propios depositados en cuentas bancarias locales.
Los dólares del colchón
El común denominador entre esta medida y la presunción de que el turismo emisivo pagará sus vacaciones con billetes, es que en ninguno de los dos casos demandarán divisas del Banco Central, ya que los compromisos serán cancelados con los dólares del colchón. Al menos, esa es la cuenta que hace el gobierno nacional.
Esta fue la apuesta (reconocida por el propio Caputo) para la economía doméstica a lo largo de este año. De hecho, el deseo de que la clase media venda dólares para subsistir, se vio reflejado en los últimos datos disponibles del balance del Banco Central.
Los datos correspondientes a septiembre, reflejan una notable caída de la demanda (compra de dólares) por parte de pequeños ahorristas en comparación con el mismo período de 2023. Según el balance mensual que publicó la entidad, las “Personas humanas” efectuaron ventas en septiembre por US$12 millones y compraron billetes por US$8 millones. En cuanto a la cantidad de personas que operaron en septiembre, 174 mil individuos vendieron billetes, mientras que unos 48 mil compraron.