“Tenemos una propuesta para que Rosario vuelva a tener una industria del entretenimiento nocturno, porque eso es. Pero ninguna legislación va a ser efectiva si no hay capacidad de hacerla cumplir. Lo peor que podemos hacer es querer conformar a todos y terminar no conformando a nadie” señaló Cavatorta.

Después de más de 20 años, el gobierno municipal presentó un nuevo proyecto para regular la diversión y el esparcimiento nocturno. En este marco, se convocó a una audiencia pública para el martes 18 de junio.

“Nosotros presentamos hace casi dos años un proyecto para generar Zonas de Entretenimiento Nocturno (ZEN). Las zonas ZEN son espacios que promueve el municipio en distintos lugares de la ciudad donde se concentran boliches bailables, bares, pubs o se hacen recitales, alejados de cualquier casa o edificio, de hospitales, escuelas y geriátricos. Las zonas ZEN son también espacios de esparcimiento controlados y seguros, con buena iluminación y videovigilancia, preparados para emergencias en salud, con estacionamiento y acceso al transporte público”.

Regular la nocturnidad en las grandes ciudades siempre es un desafío. Si bien es una de las tantas actividades económicas que generan empleo, recursos y dan vida a la ciudad, la noche en Rosario se presenta como un tema históricamente conflictivo, donde existen puntos de vista y miradas heterogéneas.

“Enfrentar a los vecinos con quienes quieren salir no va a solucionar nada, al contrario. El empresario o emprendedor quiere invertir, hacer su negocio y que lo dejen trabajar tranquilo, sin pensar que cada noche puede pasar un inspector a encontrarle la quinta pata al gato. Los vecinos quieren que no los molesten, que los dejen descansar, que puedan entrar y salir de su casa tranquilos, que no les tapen la cochera, que no les orinen la puerta de su casa, que no escuchen gritos o peleas a la madrugada. Mucho menos quieren que se desvalorice su propiedad. Y los rosarinos quieren salir con sus amigos a divertirse en lugares donde todo funcione más o menos bien, encontrar transporte público y volver tranquilos a su casa. También quieren saber "a dónde van", porque ahora con las fiestas clandestinas no lo saben, ni ellos ni sus padres. Si escuchamos a todas las partes vamos a saber que ninguna quiere una guerra. Tenemos que encontrar un equilibrio entre la rentabilidad empresaria, la diversión y el descanso. En la zona ZEN todo está pensado para lograr las tres cosas al mismo tiempo. Es ahí donde el Estado local tiene un rol fundamental, que es el de promoción, regulación y sobre todo el control del territorio”, señaló el presidente del bloque Justicialista del Concejo.

Vecinos, concejales y empresarios debaten para regular la noche

“Tenemos ejemplos para tomar como referencia, de ciudades de diferente tamaño, que están haciendo lo que nosotros proponemos con las zonas ZEN. Por ejemplo, el acceso a Santa Fe por la Ruta Nacional 168, que es una zona de boliches y se está volviendo a invertir en el lugar; el Barrio Güemes en Nueva Córdoba, también con bares y cervecerías; o en Playa Grande en Mar del Plata, donde se mudó la movida lejos de los vecinos y está funcionando muy bien”.

“Creemos que no es lo mejor que sean los vecinos los que se opongan, o no, a que se instale un bar o un boliche en su cuadra, porque eso genera más peleas que soluciones. Para eso está el Estado, que tiene que hacerse cargo, no los vecinos. Con normas claras y contundentes. Si queremos conformar a todos, vamos a terminar sin conformar a nadie. Para nosotros es más efectivo diseñar, invertir y promover zonas de la ciudad lejos de los vecinos, de los trabajadores que tienen que descansar, con bares y boliches con seguridad, videovigiladas, con caminantes policiales y agentes de control municipal, con buena iluminación, controles de narcolemia y alcoholemia, ambulancias, paradas de taxis y colectivo, entre otras cosas. Al que invierte en una zona ZEN nadie lo va a clausurar arbitrariamente, el que va a divertirse lo hará de manera más segura y cuidada, y el vecino podrá descansar sin que su cuadra y su descanso estén tomados por las noches”.

“Ahora bien, por más que tengamos la mejor normativa, si no la podemos hacer cumplir, como pasa muchísimas veces con el nuevo Código de Convivencia de la ciudad, no tiene sentido discutir una nueva ordenanza para la noche. Si no hay control del espacio público ni medidas de seguridad, transporte, salud y prevención, no puede haber una legislación que mejore la situación de la nocturnidad y el entretenimiento en Rosario. Para esto hay que fortalecer las áreas de control, hacerlas más potentes, que ganen legitimidad. Si no, estaremos legislando una vez más en el vacío, desconociendo los elementos de la realidad. La noche cambió mucho, es cada vez más compleja, y no podemos ignorarlo”.

“En definitiva, para que la industria del entretenimiento nocturno progrese hace falta una planificación que tenga en cuenta tanto a los que quieren salir, como a los empresarios y  los vecinos. Otras ciudades lo están haciendo. Lo volvemos a decir: no hay entretenimiento nocturno sin noche, no hay noche sin seguridad y no hay seguridad sin prevención y control”, concluyó el concejal.