Ya pasó durante el gobierno de Mauricio Macri: Grandes y medianos empresarios prefieren tragar amargo y callar en medio de una profunda crisis generada por las políticas de ajuste; antes que criticar frontalmente al gobierno y quedar sospechados de preferencias peronistas. La crisis industrial autoinfligida ya es más importante que las caídas del 2001, el macrismo y la pandemia del COVID. Esta semana el INDEC reportó una caída del 17,2% en marzo, un derrumbe pocas veces visto.

El gigante argentino de la grifería de alta gama FV, suspendió por tres meses a 800 trabajadores de su planta de Pilar. Uno más que se suma a los despidos ya ocurridos en Pepsico, General Motors, Acindar, FATE, Whirpool y una serie larga de compañías en crisis.

El periodista de economía Leandro Renou dice en Página/12 que hay tres factores fundamentales por el que los grandes industriales prefieren callar y fundirse que levantar la mano y señalar. Una de esas razones es que Paolo Roca de Techint es el de mayor peso en la variopinta Unión Industrial Argentina y que esa multinacional hoy es más una empresa de pretensión hidrocarburífera que una industria pesada, y el negocio petrolero se juega mucho con la Ley Bases y el RIGI del Gobierno.

La segunda razón es que prefieren perder ahora a costa de que este gobierno pueda avanzar decididamente en una reforma laboral que beneficie a los empresarios de cara al futuro. Y la tercera razón del silencio fabril es de afinidad político-ideológica. No se puede asociar en este punto solo a los gigantes con las posturas más a favor de Milei, porque aunque cueste creerlo, entre los industriales pyme hay muchos bancando el modelo.

Pacto de Mayo out

A todo esto el Pacto de Mayo naufragó para este mes atado al ancla de la sanción de la Ley Bases que se lleva al fondo las pretensiones del gobierno. Por más que Javier Milei grite y siga complicando las relaciones de Argentina con el mundo, que está igual de loco que este país de locos; hay cuestiones que ni la vehemencia ni la orgía libertaria pueden frenar. La casta está muy lejos de “tener miedo” como aseguraba el presidente en campaña y se agazapa para saltar cuando sea el momento.

En el Senado es creciente la oposición a la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias que votó Diputados. Aseguran que ya son 44 los representantes de las provincias que se niegan a dar el sí en este tema que, junto con el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi), son los dos puntos bajo la mira de los senadores. El gobierno sabe de la idea de un sector del radicalismo de acordar con el peronismo para votar con dos tercios algunos ítems de la Ley Bases para blindarlos en su regreso a la Cámara baja.

La posibilidad del rechazo del capítulo fiscal referido a Ganancias muestra con gran claridad el escaso control de los gobernadores sobre los representantes de las provincias que están deseosas de volver a tener ese impuesto coparticipable en medio de tanta sequía.

En medio de la puja que existe en el Senado por el debate y las seguras modificaciones a la ley Bases y al paquete fiscal, una encuesta de la consultora OpinaArgentina determinó que “dos tercios de los encuestados prefiere que Milei adopte una actitud de negociación y búsqueda de acuerdos con la oposición”, un 66% de los que respondieron. Esa misma encuesta señala que la imagen de Javier Milei tuvo una ligera mejora: la aceptación del Presidente subió de 51 a  
53%.

En el informe se detalló que “los hombres (57%), los jóvenes (60%) y la clase media (60%) son los segmentos sociales que mayor apoyo presentan” y que “prácticamente todos los votantes de las elecciones generales de Milei siguen respaldando al presidente”.

OpinaArgentina sostiene en su estudio que tanto el presidente como otros dirigentes de La Libertad Avanza presentan niveles de aprobación (en torno al 50%), como la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, alejados en comparación con dirigentes peronistas. En cuanto a las fuerzas anti libertarias, los reclamos para que exista una actitud de colaboración con la Casa Rosada crecieron hasta el 54%. En tanto, los votantes de Unión por la Patria  
desean que se bloquee el programa de Gobierno, con un 44%.