Cavallo lo puso verde
El exministro de Economía, idolatrado por Milei, aseguró que el peso está apreciado en un 20% con lo que el dólar debería cotizar cerca de los 1.500 pesos. Más allá de la furia presidencial, Cavallo coincide en todo con las exigencias del Fondo Monetario Internacional que volvió a felicitar la gestión del gobierno argentino pero sin resignar sus exigencias.
El presidente Javier Milei tiene una ventaja respecto del resto de los dirigentes políticos, incluidos los de su propia fuerza: No le interesan las vacaciones y toda su líbido está puesta en ejercer el poder. Sólo tiene a su hermana y a los perros -si es que en algún lado están-; y algunos momentos con Amalia González, si es que esa relación sigue. Nada más. Y por eso produce en enero lo mismo que desde que asumió. Un anuncio diario y medidas que horadan al Estado y convocan a dar batallas culturales que casi no encuentran resistencias. Y la mirada fija en el mercado de cambios. Por eso ahora, Domingo Cavallo es su más peligroso adversario. El gran mago mostró las cartas marcadas y enojó al presidente.
“Una vergüenza, su declaración. Me sorprende para mal su juicio tan ligero y tan mal fundamentado técnicamente para hacer un disparo de estas características”, dijo Milei sobre Cavallo y siguió: “Cuando él era ministro de Economía, cuando le hablaban del tipo de cambio, se ponía como loco”. Como él ahora.
¿Qué fue exactamente lo que dijo el ex ministro Cavallo que molestó tanto al Presidente? En su blog personal, publicó dos ideas centrales: que la apreciación del peso es del 20% y que los efectos de esa apreciación impactan negativamente incentivando las importaciones, dificultando las exportaciones y limitando la capacidad de compra de dólares del BCRA. Vaticinó que el dólar debería costar 1.440 pesos. Lo mismo dijo Miguel Broda que calculó el cambio del blue a unos 1.600 pesos. Como se vé, no se trata de economistas de la CTA ni de la izquierda los que hablan.
Los dos acuerdan con el Fondo Monetario Internacional que esta semana volvió a elogiar los logros de Milei, algo de rutina cada vez que le presenta su pliego de condiciones. Esta vez reiteró su exigencia de una devaluación del 20% (lo mismo que dice Cavallo) que, según los cálculos de sus técnicos, añadiría menos de medio punto a la inflación mensual. No es lo que piensa el gobierno, que a lo sumo podría tocar apenas el crawling peg para acelerar las microdevaluaciones periódicas.
Pero el Fondo evaluó también que la fuerte acumulación de reservas de divisas durante 2024 reflejó la devaluación del 120% en diciembre de 2023, el alivio de las condiciones de sequía y la amnistía fiscal. Luego de que el FMI critique su gestión y halague las medidas del gobierno de Milei, el exministro de Economía del gobierno del Frente de Todos (FdT) hasta el 2022, Martín Guzmán, acusó al organismo de preferir un programa "recesivo" para pagar la deuda externa. El problema de Guzmán no eran las críticas del organismo internacional sino las de Cristina y Máximo Kirchner.
Este es el gobierno de los “campeones de la macro”, que ni se preocupan por los 160 mil empleos que se perdieron el año pasado ni por la economía doméstica y real. Aunque parezca mentira se basan en los sentimientos públicos. Una encuesta del Pew Research Center citada por Horacio Verbitsky indicó que el 92% de los estadounidenses valoran la estabilidad financiera por encima de la movilidad social ascendente que se supone es lo que siempre persiguen los sectores medios y bajos, también en la Argentina. Lo que fue la base del nacimiento y consagración política del peronismo.
Pero habría que leerlo mejor. La gente en general lo que detesta es que la inflación les coma el salario. Quizás lo que no analiza es que la concentración económica y la pérdida de sus derechos, aunque más sutilmente, también le roba sus ingresos. Milei combate la inflación pero favorece las otras circunstancias perjudiciales para el trabajador.
Por eso también la teoría del periodista de economía Alfredo Zaiat tiene un sustento. El sostiene que en el país nunca un gobierno cayó por el aumento de la pobreza, el desempleo y la profundización de las injusticias sociales. Si no que lo que precipitó las caídas fueron las corridas cambiarias y bancarias, es decir el desorden absoluto de la macroeconomía.
Pero a pesar de estos frentes de tormenta, Milei sabe que dispone de tiempo y que tan importante como sostener la economía es el armado político para estas elecciones. La red que le permita tener más tiempo y poder para afirmar su gestión. Por ahora, no hay en el horizonte ningún cisne negro que ponga en peligro lo que el oficialismo calcula será “una ola libertaria en las urnas” de mitad de año.