Ni el lobby agrario, ni el reclamo de los gobernadores -con la gravitación menos palpable de la historia democrática argentina-; ni las promesas incumplidas por el gobierno de Javier Milei y, ni siquiera la especulación electoral; dispararon la baja de las retenciones a las exportaciones de granos por 90 días. Fue el Fondo Monetario Internacional con una sola medida: La decisión de auditar los ingresos y egresos de dólares del Tesoro Nacional cada 15 días. Meta que el gobierno argentino no iba a poder cumplir tras admitir que usó 600 millones de dólares en diciembre para mantener la cotización planchada. Con la ventana abierta a los exportadores éstos liquidarán lo que más puedan en el primer semestre de este año, para aprovechar las ventajas. Fue como si el gobierno les dijera “el que apuesta al silo, pierde”.

El costo fiscal es enorme, pero la necesidad tiene cara de hereje. La misma cara que puso Luis Caputto cuando los funcionarios del FMI le comunicaron las auditorías cada dos semanas para que siga existiendo la chance de un acuerdo futuro que inyecte fondos frescos para una gestión que liquidó todos los motores de desarrollo interno. Ni siquiera pensaron en las elecciones de medio término, porque saben que ningún resultado les puede garantizar el fortalecimiento del único altar ante el que se inclinan: Los dólares que hacen falta.

Pero hay que decir que los chacareros son más bichos que los gobernadores de la Región Centro que en serio y por un largo momento creyeron y dijeron “Milei nos escuchó”. Maximiliano Pullaro creyó que había asustado a alguien cuando habló de las “malditas retenciones”, reunido con Martín Llaryora de Córdoba y Rogelio Frigerio de Entre Ríos en la sede de gobierno en Rosario. También pensaron que los productores agropecuarios iban a ir corriendo al amparo de los mandatarios. Al contrario, saben que éstos no tienen poder ante la administración libertaria a la que después de un año entero de gestiones sólo le pudieron arrancar el financiamiento de un tímido bacheo vial. ¿Mirá si van a poder con las retenciones? Los chacareros se dieron cuenta primero que nadie qué es lo que había pasado, porque tan solo unas horas antes habían escuchado el rechazo cerrado a cualquier medida que beneficiara a los exportadores.

Por supuesto, la versión oficial sobre la medida que regirá desde hoy y hasta el 30 de junio de este 2025, es que la decisión se tomó, según el titular de la cartera, luego de alcanzar el superávit fiscal. La quita de las retenciones llega en un momento de bajos precios internacionales, que se encuentran en su mínimo histórico, y alta carga tributaria. 

También es justo señalar que la eliminación permanente de las retenciones para las economías regionales; fue una medida del gobierno anterior que ahora se retoma. 

La agenda woke

Son muy importantes los derechos conquistados en Argentina -incluso antes que muchos países desarrollados o con tradiciones democráticas más largas y sólidas-; pero es importante también no perder el enfoque y distraerse. “Woke” quiere decir “despierto”, entonces hay que estar más “woke” que nunca pero no sólo para defender a los feminismos, las minorías sexuales y el medioambiente; sino principalmente a la desigualdad social y económica que es la que hace votar como se vota.

Toda la diatriba fascista de Milei en Davos no es compartida por la mayoría de los argentinos (lo dice una encuesta del Ceop este fin de semana). Es para fidelizar audiencias lo que no quiere decir que no haya que prestarle atención.

La filósofa estadounidense Susan Neiman publicó su último libro, "Izquierda no es woke", que generó un sinnúmero de controversias. Neiman, que se define de izquierda y desde el año 2000 dirige el Einstein Forum en Alemania, no sólo considera que son conceptos opuestos; también dice que, al mezclarse, ayudaron al triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos en noviembre. Acuerda con los derechos de mujeres y minorías, pero sostiene que lo primero son los derechos económicos para todos, Y que esos discursos distrajeron a la izquierda del objetivo primordial. Por supuesto no deja de ser polémico pero sí abre un debate importante.