La hipótesis por la balacera al club de la zona más coqueta de Fisherton
El presidente de Unión Americana reveló que en julio ya habían sido atacados igual que este jueves. Habían dejado un mensaje al hijo de quien tenía a su cargo el gimnasio. Hace dos meses, habían otorgado la concesión a otra gente, pero los sicarios atacaron igual.
Miguel Aguilar empezó a venir al club Unión Americana cuando tenía 6 años. Pasó acá, en las canchitas y la pileta de esta coqueta esquina de Fisherton, casi toda su vida. Hace rato peina canas, tiene 71 años y hace más de veinte que es el presidente de esta tradicional institución de la zona norte de Rosario. "Agarré la presidencia justo en 2001, no te imaginás el esfuerzo que tuvimos que hacer para levantarnos. Y ahora terminamos hablando de temas como este de una balacera", le cuenta al cronista de RosarioPlus. Detrás suyo, los vidrios del gimnasio que da a la calle Bressay muestran los impactos de bala. Anoche, una moto con dos ocupantes pasó por acá y disparó diez veces, cerca de las doce de la noche, alterando la tranquilidad de la noche de verano. Fue el segundo ataque armado en pocos meses y desde el club manejan una hipótesis firme sobre las razones.
"En julio del año pasado, hubo dos balaceras. Una fue un sábado y la otra un lunes. Primero habían sido ocho tiros y después seis. Y en esas dos ocasiones atacaron el mismo lugar: el gimnasio. En uno de esos ataques habían dejado un cartel que decía "Herrera, pagá lo que debés". Estaba destinado al hijo de quien tenía la concesión, nunca supimos por una deuda de qué origen", explica Ricardo.
"Por eso fue que nos reunimos en la Comisión del club y decidimos revocar la concesión del gimnasio a quien la tenía. Eso fue entre julio y octubre. En noviembre, ya se le asignó la concesión a una gente nueva, pero seguramente los sicarios no tenían esa información. Y volvieron a dispararnos a nosotros", amplía el dirigente, en un paréntesis del interrogatorio que le hacía personal de la Agencia de Investigación Criminal presente en el lugar.
Mientras Aguilar habla, a pocos metros hay chicos nadando en la pileta y más tarde vendrán nenas a entrenar patín, acá en la cancha de basquet de cerámicos que ahora está bajo el rayo del sol. El gimnasio está cerrado con la típica cinta de "Peligro" con rayas rojas y blancas, por sugerencia de la AIC que debe terminar de peritar el lugar.
En un video de las cámaras de seguridad de un vecino, que por pedido de los investigadores no fue difundido, se puede ver cómo una moto con dos ocupantes llega a la esquina por Colombres. Se detiene frente al ingreso por esa calle, frente a la cancha de basquet. Y luego de unos segundos da la vuelta, para ir hacia la zona de calle Bressay, donde está el gimnasio, como si buscaran identificar bien el lugar al que debían disparar. En ese instante, a las 23.45 hs, pasa un auto por al lado de ellos. Y esperan que se vaya para disparar. Luego sí, los diez disparos y la huida hacia el norte por Colombres, en un transitada y elegante rincón de Fisherton.
Ahora, varias horas después, el presidente de Unión Americana recibe a los socios y les indica que la vida del club seguirá siendo normal. Pide más presencia policial de custodia y ratifica el principal anhelo que tiene para la institución en los meses venideros, además de tener seguridad: "Queremos volver a la máxima categoría con el futsal, ojalá podamos volver a hablar de eso la próxima vez que vengan a hacernos una nota", dice.