"Amiga date cuenta", una serie rosarina y feminista que apuesta por el humor
Es una serie de ficción de cuatro capítulos que busca mostrar las diversas facetas, preguntas, lugares que puede habitar una mujer. No un solo modo, sino múltiples y disponibles para actuarlos de diversas maneras. Y cada una de estas multiplicidades, el relato lo aborda desde el afecto de la amistad.
El lema "amiga, date cuenta", es una consigna que busca dejar en evidencia ahí donde la ceguera social impide. Fue frase de meme, y también hashtag de campañas para visibilizar la violencia sexista. También es el nombre de un libro destinado a adolescentes en etapa de desarrollo. Ahora, una serie rosarina utiliza la muletilla para llevar al plano del humor lo que incomode y haga pensar los muchos roles de una mujer. En el marco del Día Internacional de la Mujer su productora se explaya sobre lo que se viene con este trabajo con sello local y feminista.
La serie es uno de los 79 proyectos audiovisuales de todo el país seleccionados en el marco de la programa Renacer Audiovisual para ser financiados. Este año encara la producción, rodaje y posproducción para componer un caleidoscopio de mujeres que problematicen roles, estados y momentos.
Luciana Lacorazza es quien está a cargo de la producción del proyecto, ese rol que requiere de componer horarios, gente, equipos y pagos para lograr el producto final: contar una buena historia. En diálogo con Rorarioplus.com la productora contó los desafíos que tiene por delante en este año de trabajo tan arduo y desafiante como vital.
—¿De qué se trata el proyecto Amiga date cuenta?
—Amiga fue seleccionada entre unos 600 trabajos inéditos de los géneros documental unitario, serie documental, serie de ficción, serie de ficción histórica y serie de animación. Ganó en la categoría coproducción del concurso Renacer Audiovisual. Así que en esa tarea nos encontramos ahora con Avi Films, que es una productora rosarina compuesta por Francisco Mattiozzi, Jésica Aran y Tato Lombardi. Y contará con la dirección de Liza Caligaris.
—¿Qué historia es la que se va a contar o qué historias?
—Es una y son cuatro a la vez. Porque es el rencuentro de cuatro amigas que se juntan en la despedida de soltera de una de ellas, luego de verse por última vez en la época del secundario. Esta reunión expone los diferentes recorridos y momentos de cada una de ellas: una con un padre a cargo, una segunda con una vida independiente y trabajo con vista de asensos, otra con un bebe de meses y reincorporándose a la actividad laboral luego de las licencias por maternidad, y una cuarta con una hija ya adolescente. Son estas cuatro mujeres que se reencuentran y van a ir armando las vicisitudes que se desarrollan en la serie a lo largo de cuatro capítulos de 48 minutos.
—¿Cuál era el objetivo o la búsqueda del proyecto?
—La idea era trabajar desde la mirada femenina y feminista una serie con mujeres como protagonistas poniendo en valor los diferentes lugares de la mujer. No hay un solo modelo, un personaje que sea protagónico, sino que justamente en estos cuatro personajes se irá viendo ese caleidoscopio que hace que seamos lo que somos nosotras, las mujeres. Y la expectativa está puesta en que esta producción sea sólo la primera temporada, porque hay mucho para contar en este sentido.
—La convocatoria en la que ganaron se llama Renacer. ¿Qué implica la misma para la producción audiovisual local?
—Es una inyección muy importante. Venimos de mucho tiempo de desánimo para la industria audiovisual. Esto aparece en este contexto como un impulso importante para un sector, como tantos otros, muy castigado en el último tiempo, no sólo por la pandemia que no fue menor para nada, sino por el anterior gobierno que ya venía diezmando nuestra actividad. Renacer, viene a hacer renacer una industria, algo sumamente necesario. Y nos obliga a continuar con la tarea de industrialización de nuestra actividad, a seguir profesionalizándonos.
—¿Cuáles son los principales desafíos que vez en el corto plazo para llevar a cabo el proyecto?
—Uno de los primeros es el de trabajar con presupuestos más grandes que con los que estamos acostumbrados y tiempos más cortos. Estamos hablando, en nuestro caso, de un financiamiento de $33.300.000. Es mucha plata, pero con eso se debe gestionar desde la preproducción a la post, y todo eso en un lapso de seis meses. Con lo cual el desafío es también la generación de trabajo a nivel local para trabajar en cada etapa del proceso. Dos meses iniciales de preproducción, rodar en junio y luego la postproducción, para poder entregar todo apenas pasado mediados de año y estrenar. Es mucho trabajo, pero es también la prueba de que desde las provincias estamos listes para enfrentar este tipo de desafíos. Porque generalmente estas convocatorias están pensadas con cabezas porteñas y desde y para los grandes centros de producción. Ahora hay que bancar y estar a la altura.