La corrida, las piruetas y el ajuste
La última semana de cara a las generales serán clave. Los días previos aceleraron la crisis cambiaria y pusieron en aprietos al candidato y ministro Sergio Massa.
El peronismo se enfrenta a la última semana de la campaña, la más crucial de todo el proceso. No sólo por la proximidad a los comicios que es cuando habitualmente se definen los indecisos, sino porque la corrida cambiaria con el dólar a 1.000 pesos tensó la crisis a un punto casi límite.
Para Massa, a la campaña le sobró toda esta semana en que venía sosteniendo con alambre la economía, pero en un par de días se le soltaron varios. El blue voló hasta niveles inciertos, la inflación fue más alta que el mes pasado cuando se había devaluado, y Javier Milei venía en baja tuvo un repunte justamente por el clima de crisis. La cuestión es si desde el martes posferiado hasta el viernes preelectoral, no haya más pálidas. Peor no se puede estar.
Hasta algunas voces volvieron a agitar, tras la corrida, el fantasma de una victoria de Milei en primera vuelta, algo que descartan -con el reparo que ameritan- las encuestas. Desde el propio núcleo de La Libertad Avanza echaron nafta no sólo al dólar blue hablando de que el peso es excremento sino también a la idea de que no habrá ballotage. Lo cierto es que Massa es un profesional de la política y está afilado pese a ser el ministro de una economía al límite y un gobierno nacional que parece no existir más.
Ya no sólo Alberto Fernández pasó al ostracismo -excepto por la denuncia penal contra Milei responsabilizándolo de la corrida que le terminó dando la chance de victimización y generó ruido con Massa- sino que el resto de los nombres del Gabinete parece que hace meses no se pronuncian.
La centralidad de Massa en una campaña que requiere que no se pegue al gobierno que justamente es parte es la clave. Cualquier otro candidato ya hubiese rifado sus expectativas. Massa no y apuesta todo a que el terror a Milei le de la victoria en el ballotage. El candidato milagro.
Ahora bien, el cambio del orden económico parece ser una coincidencia de todos los candidatos. La economía tal como está no se puede mantener, el Estado mismo requiere de modificaciones. Un plan de estabilización que es,en simples palabras, un ajuste. Las diferencias están en los métodos. La pregunta es si el peronismo estaría en condiciones de hacerlo y no morir en el intento. Eso será el mayor problema de Massa si es presidente.
En Santa Fe el peronismo se juega todo al candidato de Unión pro la Patria porque sería la única soga del Estado que le quedaría luego de una derrota trmeenda en la provincia. Perdió la gobernación, la mayoría histórica del Senado, la Cámara de Diputados y no ganó en las ciudades más grandes.
Por eso se comenzó a militar en el territorio como no se había hecho para las PASO. Los intendentes y presidentes comunales, más toda la maquinaria de las departamentales, reparten las boletas y pegan los afiches del candidato. Según cuentan, en el mano a mano notan que la gente reflexiona más respecto a lo que significaría Milei en el Estado con las promesas de recortes y achicamiento. La hora de la verdad se acerca y pesan dos cuestiones: el dolor del ajuste de Milei o el dolor actual de la economía.