El gobierno de Maximiliano Pullaro iniciará un segundo desafío de gestión cuando esta semana reabra la mesa paritaria con los gremios estatales, entre ellos el docente, que presentó al principio del año una postura combativa. 

Quitando la inseguridad, el conflicto con los docentes fue el primer obstáculo en la gestión de Pullaro. Chocó de entrada con los gremios que venían castigados tras la devaluación de Javier Milei y pedían una recomposición acorde. 

Amsafe y Sadop pasaron de la confrontación total que no permitió el inicio de clases con más de diez días de paro, a una suerte de moderación transitoria con la aceptación recién en abril. Solo por estos meses. 

El gobierno provincial también mostró cierta intransigencia y postura de no dar a torcer el brazo. La máxima es, si es necesario, ir al conflicto  para cuidar el dinero público. Algo que rima con las ideas del gobierno nacional, pero que en Santa Fe creen necesario, al menos en el arranque del gobierno, para mantener las cuentas en orden.

Trascendió que podrían ir a un esquema bimestral de ajuste, sin embargo, en el gobierno no están tan definidos en este tema y esperan a los próximos encuentros para analizar qué dinámica logran.

Si el gobierno no cederá fácilmente, qué espera de los gremios. Probablemente combinar recuperación hacia atrás y cobertura hacia adelante. La diferencia con el primer tramo de la discusión es que ya no hay volatilidad de los precios y la inflación aterrizó en el orden del 5% mensual.

El gobierno no le quita el ojo a la discusión y parece no querer perder la iniciativa. De hecho, esta semana Pullaro traspasó el área de licencias y carpetas médicas que estaba en Salud al ministerio de Economía, en una señal con implicancia en las paritarias estatales. Ya había sucedido algo similar cuando absorbió la secretaría de Economía de la Salud y la la obra social estatal Iapos.