Pullaro se armó un enemigo
El gobierno provincial está ante su primer choque frontal, pero no es contra la política sino con los gremios docentes. Frente de tormenta armado difícil de desarmar.
El gobierno provincial está frente a su primer rival y primer conflicto. Hasta ahora el gobernador Maximiliano Pullaro surfeó sin inconvenientes sus casi tres meses de gestión, marcando agenda y logrando esterilizar a la oposición política en base a su amplia mayoría en la Legislatura.
Caía de maduro que el peronismo derrotado por semejante diferencia y desorganizado no ocuparía el lugar de resistencia u oposición en el comienzo. Finalmente la voz crítica se activó por la crisis económica con un el conflicto docente al que el gobierno parece no sacarle el cuerpo sino estirar de la cuerda si es necesario para cambiar los vicios del sistema.
Es un tema delicado porque se trata de la educación, porque en el medio está la discusión salarial, y hasta toca a la organización familiar. Pese a todo, la estrategia del gobierno es exponer ciertas deficiencias que abundan en la docencia, por ejemplo el ausentismo y licencias, que, según explican, tiene efectos económicos en la discusión salarial. El gobernador se cuidó en aclarar que “es culpa del sistema, no de los docentes", pero el mensaje se enfoca en el gremialismo.
El jueves, y ya con la confirmación que no habría una nueva convocatoria en la semana para una segunda oferta salarial, el gobierno difundió un informe sobre el tema de los pedidos de licencias.
“De los 400 mil millones del total de masa salarial del 2023 para docentes, 100 mil millones fueron para reemplazos”, sostuvo Pullaro en conferencia de prensa.
“Los docentes que quieran trabajar son los que con nosotros van a mejorar sus salarios. Si ahorramos esos 250.000 millones (de reemplazos) este año, servirán para premiar a los que van a laburar, a los que no faltan”.
Hubo algo de golpe de efecto al exponer que los pedidos de licencia, que son completados por reemplazos, en la gran mayoría de los casos eran fundamentados para cuidar a un familiar, sobre todo suegros.
“No hubo ninguna reunión sobre el tema del ausentismo y sale publicado este informe sin contexto. El gobierno quiso instalar un tema con un propósito: que el aumento salarial pretende darlo ajustando el presentismo. Quiere estigmatizar”, sostuvo el secretario general de Amsafe provincial, Rodrigo Alonso.
La estrategia
El gobierno sabe que el paro docente es un arma de doble filo en estos tiempos y que si las medidas de fuerza se desmadran son las propias familias las que mostrarán el disgusto. Claro que le caerían al gobierno también por no saber resolver. Sin embargo, los sindicatos sostienen que la “presión familiar” no es algo que los acorrale como podía suceder antes. Todo es relativo pero claramente chocan dos modelos de entender el conflicto.
De hecho, parecía armarse la tormenta perfecta para la semana que viene: se habló de la posibilidad de que sólo un día haya clases ya que el lunes y el jueves hay jornadas de protesta a nivel nacional, más el 8M del viernes, más las segundas 48 horas de paro al no haberlos convocado que no tienen fecha confirmada. Siguiendo la lógica expuesta, quizás por lo bajo el gobierno entienda que una semana casi completa de paros haría explotar la situación y los gremios quedarían más que expuestos.
Los números
El gobernador apeló a la herencia recibida y a la crisis nacional para fundamentar el aumento salarial ofertado que los gremios toman como escaso. "(Omar) Perotti nos dejó un aumento que no dio en tres años y diez meses, lo dejó para que lo pague nuestra gestión pero no nos dejó los recursos para pagarlo", lanzó como forma de contextualizar la situación. “Qué sector de la economía recompuso el 43,6% de diciembre a febrero”, se preguntó el gobernador.
Lo cierto es que el conflicto parece que viene para rato, con un posicionamiento bien marcado del gobierno de no ceder, y con los gremios con una oferta magra contestada con paros y también con algo de intransigencia a la vista. Se entra a un momento del conflicto que puede ser crítico y que no se sale tan fácilmente con política, el capital hoy del pullarismo, sino con dinero, algo que no abunda.