César González: "En general existe una mirada de superación moral sobre el pobre"
El escritor y cineasta presenta en la Feria del Libro su novela autobiográfica que se convirtió en un suceso editorial. Será este sábado a las 18 en el Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín al 1000).
“Me siento muy solo, ¿sabés? , me dijo una noche con un rostro pesado y melancólico, escondidos en un pasillo de la villa, lejos del resto de la banda. Y yo siento que nunca me amaron, le respondí. Mejor, consoló. ¿Qué te cambia que te amen? La vida es una mierda igual”, recuerda César González en El niño resentido, su primera novela autobiográfica. En diálogo con RosarioPlus y en la previa de la presentación en la Feria del Libro, el cineasta y escritor nacido y criado en una villa del conurbano bonaerense reflexiona sobre su libro, ya convertido en un suceso literario por la potencia de un relato brutal contado en primera persona que estremece hasta los huesos.
—No es tan común que los relatos sobre lo que pasa en una villa, narrados en primera persona por alguien que vive ahí, circulen como este libro, tan masivamente.
—Hay muchos escritores de origen popular, muy pobres, que escribieron y quizás no tuvieron la posibilidad de ser conocidos. En mi caso fue muy determinante contar con una editorial enorme como es Penguin Random House para que el libro pueda estar en todas las librerías del país.
—Muchas veces lo que pasa en las villas es contado por gente que nunca pisó una.
—De la marginalidad se habla todo el tiempo. Está de moda vestirse como los pibes de la villa y hay ficciones que todo el tiempo tocan el tema. Son realidades que se ven, el tema es cómo nos quieren hacer ver ese mundo. El mundo marginal está sobrerrepresentado en la cultura argentina, no está invisibilizado. El problema no es que lo cuente gente de afuera, porque la sensibilidad humana y la empatía no es una condición sine qua non de tu condición de clase.
El problema es que nos representan otros sin sensibilidad más allá de su clase social. Está a la vista que los que tienen el acceso a los medios de producción de la representación no vienen de esos lugares y tampoco se esfuerzan. Para conocer, cualquiera puede ir de paseo a una villa. Acá en Buenos Aires hay tour turísticos, lo que no significa en sí un atributo. Si quiero escribir un libro que transcurra en el Siglo XVI no me hace falta viajar en una máquina del tiempo. Va a depender de mi sensibilidad, de mi investigación, de la mirada sobre los materiales con los que trabajo.
Cuando se trabaja sobre el mundo villero, en general, existe un morbo, una mirada de superación moral sobre el pobre. Al pobre siempre hay que ayudarlo, enseñarle, corregirlo, el pobre es el que no agarra la pala, el que se lleva la plata del que trabaja y paga sus impuestos. Ocupamos un lugar en el imaginario argentino para que la clase media y alta proyecten sus peores miserias.
—¿Cómo fue la recepción del libro entre tus familiares y amigos, y qué pensás de la gran repercusión que tuvo y tiene entre el público en general?
—Hubo gente a la que no le gustó el libro, en parte son gajes del oficio. Pero es mi vida. Estoy muy contento de que circule tanto y de que haya muchos pibes que se sienten identificados, porque si bien es un libro que habla de una vida individual, personal, es una vida que comparte experiencias con miles y miles de seres humanos solo en nuestro país.
—¿Pensás que el libro tuvo tal impacto también por el contexto socioeconómico y político que estamos viviendo como país?
—Cuando el libro salió todavía no había ganado (Javier) Milei y ahora se habla de bajar la edad de imputabilidad, se habla de la era de la crueldad y se vuelve a usar a los pibes de los barrios como carne de cañón, como chivo expiatorio. Si el libro puede servir para que la gente no se deje llevar por esos cantos de sirena de los gobiernos de derecha como el actual, me consideraría hecho.
—En las escenas de violencia explícita que narrás al recordar, por ejemplo, las muertes de tus vecinos y amigos, aparece la poesía como recurso que contrarresta lo brutal y desgarrador.
—Es difícil poder teñir de poesía relatos que son muy crudos, que implican un daño a otro. Intenté ponerle mi lírica, tratando de ir a fondo y ser sincero con todo lo que viví porque creo que si la sociedad argentina pretende que la inseguridad decrezca o que deje de ser un problema tan acuciante necesitamos conocer realmente lo que pasa para solucionarlo.
Decidí contar a fondo las situaciones de violencia, no por ningún impulso fetichista sino porque la sociedad interpreta estos problemas desde los libros o desde las interpretaciones que hacen los medios de comunicación. Mi intención era que el libro sirva como una herramienta para que la gente que no conoce el mundo de la villa lo pueda conocer mejor y sobre todo la vida de las personas que viven allí.
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César González (35) presenta su novela autobiográfica este sábado en la Feria del Libro de Rosario, con entrada libre y gratuita. Será a partir de las 18 en el Primer piso sala 1B - Sala Beatriz Guido y estará acompañado de Regina Cellino. El cineasta y escritor nacido en el seno de una familia muy humilde en la Villa Carlos Gardel (del conurbano bonaerense) ya se encuentra escribiendo su próximo libro: un repaso de los 5 años que pasó tras las rejas (entre los 16 años y los 21 años). Mientras tanto, El Niño resentido -publicado en octubre de 2023- sigue creciendo como fenómeno editorial y ya alcanzó su novena edición.