El hambre y las ganas de comer
El operativo de seguridad montado en torno de los camiones del Ejército que trajeron a Rosario la leche en polvo retenida por el gobierno nacional, fue más caro que la propia mercadería que aún no termina de distribuirse en la ciudad a pesar de las urgencias de los sectores más vulnerables. Hasta ese grado de ineficacia y crueldad llegó este gobierno nacional.
Y encima, esa leche llegó de la mano de la fundación Conin que dirige el ultramontano doctor Abel Albino, aquel que juró en el Congreso que “los espermatozoides pueden atravesar un pocillo de café” para justificar que los preservativos “no sirven” según su fanatismo religioso. La entidad hermana en Rosario es la Fundación Camino que dirige Cecilia Rouillón Lagos, la esposa del diputado libertario y ultracatólico Nicolás Mayoraz.
Fue doloroso ver en estos días a responsables de distintos comedores, muchos de ellos parroquiales, peregrinar sin éxito por las sede de la Fundación Camino. Hoy, más de veinte entidades le entregarán una nota al arzobispo Eduardo Martín -que tiene otra sensibilidad católica, distinta a la de los seguidores de José María Escrivá de Balaguer- para que interceda en pos de una distribución más igualitaria de la leche en polvo encontrada en los galpones del ministerio de Capital Humano que no conduce la todavía ministra Sandra Pettovello.
En medio de este clima de crueldad y necesidad extrema el gobierno de Maximiliano Pullaro colabora poco con la situación y se pone a cazar brujas entre los beneficiarios de la ayuda alimenticia. Y no sólo eso, lo denuncia en la justicia y lo anuncia públicamente en una
conferencia de prensa copiando los peores métodos del gobierno nacional en la materia.
El exministro de Desarrollo Social de Santa Fe, Danilo Capitani advirtió que su gestión también realizó auditorías y se detectaron irregularidades y se llevaron adelante 61 suspensiones. “¿Armamos una conferencia para hacer un show político con el hambre de la gente? No.
Trabajamos”, dijo el ex ministro y disparó: “Cuidado con la tentación del show con el hambre de la gente. Como le ocurrió al gobierno nacional, puede fallar”.
Seis meses
A la hora de los balances por el primer semestre de gobierno, es clara la ventaja en gestión del gobierno Pullaro por sobre el de Javier Milei aunque a veces la gestualidad del radical trate de obtener beneficios del clima de época. Pullaro logró bajar la violencia y el índice de homicidios. Más allá de los cuestionamientos a las formas y métodos -que no son temas menores- los resultados son objetivos y hasta la oposición más dura los reconoce. Allí radica sin duda su apoyo popular que llega al 60% según los últimos sondeos, bien por encima de Milei en este
territorio.
El supuesto ordenamiento del Estado provincial tuvo en realidad dos objetivos centrales: atacar a docentes y estatales en las negociaciones para bajar la vara de las paritarias, y por otro lado
ensuciar a las dos grandes empresas públicas santafesinas para justificar el traslado de tarifazos de la EPE y de Assa.
Por su lado, los seis meses de Milei en el gobierno transcurrieron como lo indica el consultor de opinión pública Eduardo Fidanza. “Hay una lógica de la administración del país, donde se evidencian todas las carencias políticas y de gestión, y una lógica de la opinión pública, donde la seducción que genera la excepcionalidad de Milei todavía se mantiene vigente”. En definitiva, la gente parece estar menos ansiosa que los mercados y que la dirigencia política. Prefiere
relativizar los problemas con tal de mantener la esperanza.
El equipo presidencial luce chico e insuficiente para la cantidad de frentes abiertos. La austeridad le está haciendo pagar un costo en términos de capacidad de acción. Eso le empieza a dar un carácter estructural a este déficit de origen, que se suma a la carencia de una
estructura política sólida.
La semana que pasó entre la ofensiva legislativa y la reacción de los mercados, pareció gestarse un clima de fin de la luna de miel con el Gobierno. Actores políticos que hasta ahora mostraban cautela, se animaron a desafiar a la administración libertaria. Y los actores económicos empezaron a dudar de la sustentabilidad del plan de Luis Caputo, porque lo ven atrapado entre el cepo y la brecha cambiaria.
Los números de Milei son elocuentes. La inflación de abril 8,8%, la caída de la actividad económica -8,40% marzo contra marzo. El superávit financiero fue de 17.409 millones de pesos. El índice de pobreza el primer trimestre de 2024 trepó a 55,5%. Ninguna ley del gobierno fue aprobada por el Congreso. La cantidad de empleados públicos despedidos llegó a los 15.404.