El león salió a cazar
El presidente Javier Milei reacciona ante una semana compleja llena de goles en contra. La estrategia de señalar y tapar todo.
Javier Milei tuvo una semana crítica, quizás la más compleja desde que le rechazaron la ley Bases. Quedó en offside con el “autoaumento" de sueldo, a la vez estalló la seguridad en Rosario, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, se le rebeló y envió a discutir el DNU 70/2023, matriz del presidente, donde terminó rechazado. Pero no cambió la estrategia.
Al contrario, la profundizó como cada vez que tuvo problemas. Es automática la reacción: apunta contra alguien, probablemente un chivo expiatorio, y no para. Larga la artillería y la armada tirando bombas del cielo para destruir. Es su forma de tapar las malas.
No la deja pasar, no acepta que en la política se cometen errores y se pierde todo el tiempo. Y ante esto acciona a lo bestia. No hay una suerte de operación política tradicional de confrontación, que va por abajo, que conecta intereses, para desgastar o raspar. No. Incluso es el propio presidente el que pone la cara, la voz y los tuits.
Por ejemplo, con la ola violenta de Rosario buscó un enemigo, lo saca del baúl y lo insulta. En este caso al socialismo: “Entendamos que no es un problema de hoy, es un problema que se generó con el narcosocialismo, iniciado con (Hermes) Binner y con (Antonio) Bonfatti. Poner socialistas en el Gobierno no es gratis”. Al otro día se disipó.
Segundo tema: el aumento de los sueldos al Presidente. Crítico para Milei por donde se lo mire aunque no tuvo un efecto demoledor. Al margen de si fue un error por no leer o porque no lo cuidaron, o si lo descubrieron y dio marcha atrás, lo interesante es la reacción. En pleno programa de televisión en vivo echó a uno de los supuestos responsables por el aumento al Ejecutivo, el secretario de Trabajo, Omar Yasín.
¿Qué es esto? Es el terror a que se derrumbe su eje central de anticasta. Lo peor que le puede pasar a su discurso y retórica es que la gente crea que llegó a Presidente y se aumentó el sueldo.
En tercer lugar, encontró blancos fáciles cuando el DNU 70/2023 entró en zona de turbulencias. Primero su vicepresidenta, Victoria Villarruel, que habilitó el tratamiento en el recinto, un poco obligada por reglamento, otro por posicionamiento político propio. Así, quedó expuesto el mal vinculo entre ellos.
En el comunicado de la Oficina del Presidente se destaca un palo a la vice: “Preocupación por quienes unilateralmente quieren avanzar con su propia agenda”. Más clarito échale agua.
El segundo paso inquisidor surgió cuando fue rechazado. El apuntado está cantado: la casta, los “orkos” descargó Milei. Pero la placa subida en Instagram después de la votación fue elocuente: "El león sale de caza".
La tropa libertaria no ocultó su furia contra quienes votaron en contra del proyecto. “Nos arreglamos sin ustedes”, dijo Patricia Bullrich. Pero había que poner un nombre y Martín Lousteau se ganó todos los números. Recién arranca el operativo DNU porque luego de culpar llegará la etapa de presionar en Diputados que debe tratarlo.
La serie de errores puede ir pasando y ninguno se convierte en una crisis. Por el momento quizás sean inocuos los problemas y no haya una cuestión que lo tumbe. Patina y no se cae, pero va acumulando errores de un gobierno amateur que se apilan.