La recta final
Tramo final de una campaña corta, con poco contenido y propuestas, desarrollada en medio de una sociedad golpeada y con poco espacio para las ilusiones.
Tramo final de una campaña corta, con poco contenido y propuestas, desarrollada en medio de una sociedad golpeada y con poco espacio para las ilusiones. Esta semana los distintos precandidatos entrarán en pánico para superar las debilidades y potenciar sus fortalezas de cara a las urnas del próximo domingo. Los locales tienen primero que superar el piso del 1,5% de los votos para poder estar en la general y también -en lo posible- vencer a sus rivales internos para integrar las listas de concejales en distintas ciudades. Los candidatos nacionales tienen un piso más alto al que llegar y luego deberán acomodarse a una ley de cupo femenino que implica más complejidades que en el ordenamiento provincial.
Esta será la semana en la que el electorado empiece a acercarse más a los nombres, los rostros y finalmente los discursos. Aunque para los cargos de senadores y diputados nacionales la fidelidad partidaria sigue siendo muy elevada. Esto implica que, más allá de la mentada grieta, hay decisiones que ya fueron tomadas y es muy angosta la franja de electores que se dispone a viajar de un lado al otro con su voto. Hay encuestas nacionales que ante la pregunta de si va a votar a un candidato opositor al oficialismo, el “sí” gana terreno. Sin embargo, el mismo sondeo pregunta por qué espacio político votaría y en ese caso es el oficialismo el que se impone con bastante diferencia.
Ideas y propuestas hubo. Claro que no siempre lograron imponerse con la misma fuerza que alguna frase fuera de lugar, una declaración espontánea o errónea y escandalosa; o algún video bien argumentado por los publicistas. Pero en esta campaña se habló de crear nuevas universidades nacionales en esta provincia, de la posibilidad de desarrollar una economía social que logre enfrentar a la inflación. De modelos virtuosos para el consumo interno incrementado desde mecanismos del Estado, de créditos blandos para industrias y actividades productivas en general, de obras públicas de infraestructura como nunca se hicieron o ni siquiera licitaron en Santa Fe.
Y no sólo promesas para el futuro sino muchas realidades que forman parte de gestiones gubernamentales que se pueden palpar. Y en ese marco están las políticas públicas de cuidado de la población, el enorme proceso de vacunación que hace poco empezó a hacernos pensar en una salida de la pesadilla que implicó para el mundo entero la pandemia.
La oposición ensayó palos en las ruedas, descrédito a las vacunas, cuestionamientos a los trámites para conseguir distintas dosis y nada de eso se cumplió. Por eso, entre otras cosas lo volvieron a poner en el centro de la escena al ex presidente Mauricio Macri cuando muchos ya lo habían empezado a jubilar. Es que nadie como él para decir que en su mandato hubiera manejado mejor la pandemia cuando en realidad fue el único presidente argentino de la historia que degradó de ministerio a secretaría al área de salud.
Juntos por el Cambio no podía hablar de economía en esta campaña por el desastre hecho en su administración. Pero ahí apareció Macri nuevamente para atreverse a una tenue autocrítica para después afirmar que Alberto Fernández se estaba “endeudando al mismo ritmo que lo hicimos nosotros”. Una barbaridad que fue rápidamente desmentida, pero en el fondo una mentira que algunos repetirán contribuyendo a que en la confusión todo parezca lo mismo.
Los oficialismos se exponen al escrutinio de sus gestiones por parte de la sociedad, pero la oposición pone en juego la posibilidad de ser alternativa de gobierno en un futuro. Y dentro de esa oposición el radicalismo verá si realmente puede dejar de ser furgón de cola del PRO no ya para retomar sus doctrinas originales y sus ribetes de fuerza popular, sino para conducir o no Juntos por el Cambio.
El gobernador Omar Perotti también tiene muchas fichas sobre la mesa. Enfrenta a un sector muy importante del peronismo en la provincia y se juega en gran medida el último tramo de su mandato. Aunque sin reelección en su cargo, del resultado dependerá el futuro del espacio político que fundó.
Para el intendente Pablo Javkin las cosas no son tan diferentes, aunque con hacerse fuerte electoralmente en la ciudad sería una buena meta; la trascendencia nacional de su apuesta le daría el impulso necesario para el 2023.
Estas elecciones de medio término definen muchas cosas aunque gran parte del electorado no parece tenerlas muy en cuenta, al menos en esta etapa de la PASO del domingo de cara a las generales del 14 de noviembre.