Cada vez es más claro que no trae ningún beneficio para el gobierno de Santa Fe y menos para su gente, acompañar a un presidente que no se deja acompañar. La última incursión del gobernador Maximiliano Pullaro por Buenos Aires junto a sus ministros Pablo Olivares y Gustavo
Puccini; se pareció más a una visita guiada de gentileza por la Casa Rosada que a una serie de reuniones para conseguir obras, recursos, promesas de pago de deudas o autorización para conseguir créditos internacionales para infraestructura. Ninguna respuesta ni compromiso lograron del jefe de gabinete Guillermo Francos y mucho menos del ministro de Economía Luis Caputo.

De nada sirvió acompañar con fervor y pantomima crítica la Ley Bases y su RIGI que ya comenzó a delimitar un cementerio para la industria santafesina a la par de la brutal retracción del consumo y la producción. Tampoco fue de utilidad sumarse a la farsa de Mayo en Tucumán, donde el máximo acto de rebelión del gobernador fue ir vestido de gris cuando Karina Milei había sido muy clara respecto del black tie como dress code para esa ocasión. El ex presidente Mauricio Macri chupó frío toda esa larga y lisérgica noche tucumana pero por lo menos ya comenzó su venganza en un sonoro acto del “nuevo” PRO en La Boca.

Entonces, ¿por qué el gobierno de Santa Fe sigue en esa línea de sumisión que sólo encuentra muy de vez en cuando alguna declaración disonante en contra de la política de Javier Milei? Por el temor a recibir un castigo mayor al que ya se impone. Y también por el miedo que ronda al frente Unidos de cara a las elecciones del año próximo donde la Libertad Avanza por afuera, podría darle una paliza electoral a todos los partidos de la coalición gobernante, incluido el PRO. Un escenario que tendría como beneficiario al peronismo.

Esa es la razón por la que la vicegobernadora Gisela Scaglia salió a aclarar rápidamente que aunque comparte el duro diagnóstico que Macri trazó sobre el andar del gobierno libertario, y aunque se suma a la idea de no fusionarse con LLA; igual podría haber listas conjuntas de candidatos de ambas fuerzas en los comicios distritales y en los nacionales.

Si el PRO es reticente a una alianza con los libertarios sólo hay que imaginar la zozobra que vive el Partido Socialista ante esas instancias. Los dos diputados nacionales de esa fuerza, Mónica Fein y Esteban Paulón, tienen carta blanca para enfrentar públicamente al gobierno y son los únicos legisladores nacionales de Unidos que reclaman a viva voz junto a los diputados peronistas la discriminación que sufre el interior por el corte de subsidios al transporte urbano de pasajeros. Los diputados nacionales del radicalismo y del PRO santafesino no tienen el tema en agenda. Pero no hay que confundirse, la estrategia está conversada y es aceptada.

Con todo, los tiempos se van acortando aunque no con la velocidad que semejante discriminación y trato ameritarían. Ahora la provincia interpuso una demanda ante la Corte por la deuda de Nación con la Caja de Jubilaciones. El gobierno de Santa Fe solicita que la administración nacional reponga los anticipos mensuales automáticos y reclama la inconstitucionalidad del decreto que estableció la suspensión de esos pagos. Explican que hasta junio, se acumulaba una deuda de casi 70.000 millones de pesos. Pero es un juicio más que podría llevar años para ser resuelto, lo mismo que vivió Santa Fe para cobrar tarde y mal la llamada deuda histórica que empezó a litigar Hermes Binner.